Cosa de chinos

El desastre que le espera a las locuras económicas de Trump, demostrando su desconocimiento del mundo actual es producido por acciones brutales que deseaba hacer nada más llegar al gobierno para demostrar su fuerza bruta basada en solo impulsos mentales propios de un desequilibrado. No llego a entender que una persona así haya llegado a tal poder económico personal. Pero el batacazo que se llevará le servirá para mejorar su intelecto porque se lo va a dar su propio país con empresas que se irán como ya han hecho algunas y con muchos problemas para el dólar. Además de anular la subvención a Harvard lo que define su extremismo fascista.

Y es que lo de China es cosa exclusivamente de chinos, con los que será muy difícil competir, pero lo interesante sería ponerse a su lado como muchos están haciendo ya y como Pedro Sánchez también con la inteligencia de saber que los imperios suelen cambiar de mano. Los españoles también sabemos de eso, menos una derecha cerril sin comparación mundial, que aún rechazan el nombre de comunistas. Pero es que los chinos consiguen algo inaudito pero lógico. Combinar el capitalismo con el comunismo. Una autoridad inapelable sin los fracasos democráticos que vivimos en un mundo polarizado, pero sin abandonar a su población. Porque hacer en 50 años, en donde todos iban en bicicleta a tener el país más avanzado del mundo solo lo pueden hacer los chinos. Y eso se consigue con una población enorme en cantidad, pero dispuesta a encabezar el mundo preparándose para ello. Hoy no se compite con ellos en nada, en producción, aprovechada por cierto por todos los países que ahora les critican, en tecnología, en avances de todo tipo científico, ingenio y hasta en arte, cuando hoy vemos a solistas de piano o violín invadiendo el mundo, como la famosa Yuja Wang porque hay millones estudiando música. Quien puede competir con ellos en sociedades que discuten todo, no deciden nada y se dejan llevar por odios ancestrales fascistoides, como España, para impedir su desarrollo. Y todo por defender a la alta sociedad abandonando al resto, algo que los chinos no hacen. El comunismo bien entendido lo explica.

Estoy convencido de que, si Pedro Sánchez pudiera ejercer sus ideas, España sería un ejemplo para el mundo. Pero los viejos aznarismos heredados, antes se decía franquismo, lo hacen imposible. Qué pena de país, capaz de lo más difícil, pero siempre enfrentado por una política basura de demasiados, apoyada y comprada por el dinero de unos pocos.