Un sindicato denuncia “graves casos de acoso laboral, sexual y sexista” a dos mujeres agentes de la Ertzaintza

El Sindicato Profesional de la Ertzaintza (Sipe) ha denunciado que dos mujeres agentes de la Ertzaintza han sufrido “graves episodios de acoso laboral, sexual y sexista”. El sindicato, que tilda la situación de “caso flagrante de violencia institucional”, ha elevado formalmente sus quejas al consejero de Seguridad del Gobierno vasco, Bingen Zupiria; al viceconsejero, Ricardo Ituarte; a la directora de Emakunde, Miren Elgarresta, y a la directora general de la academia de Arkaute, Miren Dobaran. “Los hechos, documentados con testimonios, grabaciones y pruebas objetivas, reflejan una situación de hostigamiento continuado y encubrimiento sistemático por parte de la jerarquía policial”, abunda el sindicato en una nota de prensa hecha pública este martes.
¿Cuáles son los dos casos? Según explica el sindicato, en uno de ellos la víctima es una funcionaria de carrera, mientras que en el otro se ha visto perjudicada una agente en prácticas. En el caso de la agente de carrera, que estaría adscrita a la sección de Tráfico en Álava, el sindicato habla de “comentarios machistas, presiones y un deterioro de su salud mental que le ha impedido continuar con su labor profesional”. A la agente en prácticas en Arkaute, siempre según el sindicato, se le ha sometido a “una estrategia de aislamiento y presión psicológica con el objetivo de declararla no apta y expulsarla del cuerpo”.
La dirección de Recursos Humanos del Departamento de Seguridad, en un informe hecho público este mismo martes, ha respondido a las quejas de Sipe con información adicional. En cuanto al caso de la agente de carrera, indica que el 6 de febrero de este año 2025 recibió un escrito en el que se trasladaba “una posible situación de acoso moral y por razón de sexo”. El comité de mediación de acoso de la Ertzaintza se reunió el 12 de febrero, siempre según Recursos Humanos, y acordó que hubiera una reunión con ella y con las personas que se identificaban en el escrito.
La agente, se explica, “en dos ocasiones muestra su negativa a mantener una reunión de mediación impidiendo con ello que la mediación pudiera realizarse”. Esto, añade Recursos Humanos, llevó al comité a acordar por unanimidad que no era posible determinar si había existido acoso laboral o no, “ya que la información recogida en las entrevistas realizadas a todas las partes implicadas es contradictoria”. Sí recogía ese acuerdo del comité lo siguiente: “se concluye que existen problemas de relaciones interpersonales en el marco laboral y que la comunicación y trato carecen de la formalidad requerida en una Organización de la entidad que tiene la Ertzaintza”. Se acordó igualmente solicitar la impartición de “una jornada de sensibilización del uso del lenguaje inclusivo y no sexista”.
En el caso de la agente en práticas, el 17 de marzo de 2025 ya se acordó la incoación de oficio de un expediente “de acoso moral”. El comité de mediación se reunió para analizar este caso al día siguiente. Los integrantes del comité mantuvieron reuniones tanto con la denunciante como con las personas que se identificaban como presuntas agresoras, además de con testigos. “Para que el procedimiento fuese lo más garantista posible y objetivo, se consideró necesario no iniciar dichas entrevistas hasta que el equipo de seguimiento de la [academia de Arkaute] no finalizase las suyas”, se explica desde Recursos Humanos. En total, según los datos brindados desde el Gobierno vasco, se ha entrevistado a diez personas. “No se considera que exista estrategia o complot del grupo para influenciar en el resultado de la prueba del test de relaciones socio-laborales contra la funcionaria en prácticas, ni indicios de acoso laboral”, concluyó el comité de mediación por unanimidad después de las reuiones, el 14 de abril.
“Lo más alarmante es que, pese a la activación de protocolos internos por parte del comité de mediación, las instituciones han omitido abrir procedimientos sancionadores reales o medidas de protección eficaces”, se quejan desde Sipe. “En la Ertzaintza hay mujeres que están siendo acosadas por ser mujeres, y la institución lo permite. El silencio y la inacción también son formas de violencia”, ha protestado el secretario de Organización del sindicato, Juan Carlos Sáenz Alonso.
Reclamaciones de Sipe
Ante estos dos casos concretos, el sindicato Sipe ha exigido que el Gobierno vasco, el Departamento de Seguridad encabezado por el consejero Zupiria y a la dirección de la academia acometan una “actuación inmediata y ejemplarizante”. Las exigencias, detalladas en el comunicado, son varias: que se abran expedientes disciplinarios (“contra los superiores jerárquicos y compañeros implicados”, se subraya), que se revisen de forma integral los protocolos antiacoso (los actuales “son ineficaces y se han convertido en herramientas burocráticas sin impacto real”), que se brinda una protección real y urgente a las víctimas, que se investigue de forma independiente lo ocurrido en Arkaute (que “no puede resolverse internamente”), que se depuren responsabilidades entre los mandos (“ceses inmediatos y responsabilidades políticas”, pide el sindicato) y que se esboce un plan de “prevención real” ante el acoso en la Ertzaintza (“basado en la transparencia, la formación obligatoria en igualdad, mecanismos de denuncia seguros y protección efectiva de la víctima”).
“La Ertzaintza debe ser una institución ejemplar en la defensa de los derechos humanos y no un entorno donde se perpetúe el machismo con respaldo institucional. No vamos a permitir que se convierta en un espacio de impunidad ni que se silencie a las víctimas. El silencio mata. La pasividad institucional es cómplice”, remacha el sindicato.
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