Almeida borra a las pregoneras de las Fiestas de San Isidro

Ni una sola mujer para anunciar las fiestas en seis años de mandato. Desde que José Luis Martínez-Almeida asumió la alcaldía de Madrid en 2019, la celebración de San Isidro ha contado exclusivamente con hombres para dar el pregón. El listado de pregoneros con Almeida a la cabeza del Gobierno municipal arroja los nombres de Santiago Segura, Antonio Resines, Ramoncín y David Summers. Este jueves será el turno del futbolista Dani Carvajal, quien hablará a los madrileños desde el balcón de la Casa de la Villa.
Los nombres elegidos por el actual alcalde contrastan con los pregones durante el mandato de Manuela Carmena, que buscó una representación paritaria con dos hombres y dos mujeres. Santiago Auserón, músico y exvocalista de Radio Futura, fue el pregonero de 2016, al que le siguió Juan Luis Cano, periodista y humorista conocido por el dúo Gomaespuma, en 2017. Después fueron las escritoras Almudena Grandes y Elvira Lindo, que inauguraron las fiestas en 2018 y 2019, respectivamente. Seis años han pasado desde que la autora de Manolito Gafotas pronunció en la antigua sede del Ayuntamiento aquellas palabras en las que decía sentir orgullo por ver a la Cibeles pasar “de madridista a feminista”.
La decisión de quién es pregonero cada año por San Isidro se toma en la Junta de Gobierno, la reunión del alcalde y los responsables de cada una de las áreas que tiene lugar cada jueves en Cibeles en la que se aprueban los asuntos de mayor relevancia en la ciudad. Lo confirman a este periódico fuentes del área de Cultura del Ayuntamiento, que no entran a valorar la variable del género a la hora de elegir a los candidatos. El último pregonero fue elegido por ser “un líder en los valores que transmite”, aseguró la vicealcaldesa sobre los méritos del futbolista del Real Madrid. Inmaculada Sanz citó sus éxitos deportivos y se mantuvo alejada de las polémicas protagonizadas por el lateral derecho, quien negó el saludo al presidente del Gobierno en la celebración de la Eurocopa en Moncloa.
Para Adela Rodríguez, periodista y politóloga experta en estudios de género, la ausencia de mujeres en los pregones decididos por el Gobierno de Almeida no es casual: “El borrado total de mujeres como pregoneras en las fiestas de San Isidro no es simplemente una cuestión de azar ni una anécdota, es una expresión deliberada de cómo el patriarcado -y la derecha- entiende el papel de la mujer en el espacio público. Y como toda decisión política, tiene consecuencias simbólicas. ¿Quién representa la voz de la ciudad? ¿A quién se le entrega el micrófono? En este caso, sistemáticamente, a los hombres.”
El borrado total de mujeres como pregoneras en las fiestas de San Isidro no es simplemente una cuestión de azar ni una anécdota, es una expresión deliberada de cómo el patriarcado -y la derecha- entiende el papel de la mujer en el espacio público
Rodríguez señala que esta exclusión se enmarca en una concepción conservadora de lo público, donde los espacios de visibilidad y poder simbólico siguen siendo patrimonio masculino. Una cuestión con la que coincide Soledad Murillo, socióloga y portavoz adjunta de la comisión de Políticas Sociales, Familia e Igualdad del Grupo Municipal Socialista de Madrid: “Las fiestas de San Isidro son las más importantes de la ciudad, el mayor escaparate y la falta de mujeres como pregoneras revela claramente la visión del Ayuntamiento al respecto”.
En la misma línea, Rita Maestre, portavoz municipal de Más Madrid, asegura que “este alcalde se ha dedicado a aumentar la desigualdad simbólica y a esconder todo lo que pueda recordar a una mujer”. A Murillo, por su parte, le sorprende que en un órgano como la Junta de Gobierno en el que la mitad de miembros son mujeres no se haya propuesto nunca una figura femenina para dar el pregón. Además, indica que la delegada de Cultura, Marta Rivera de la Cruz, ha escrito novelas en las que los personajes femeninos eran protagonistas y estaban muy bien retratados y, sin embargo, olvida la importancia de las mujeres en la vida real. “Los pregoneros de Almeida han sido actores, cantantes y futbolistas. Hay mujeres valiosas en todas esas áreas. No es que no existan, es que no se piensa en ellas”, sentencia la edil socialista.
Mayoría de madrileñas, minoría en los reconocimientos
El 53% de la población de la capital son mujeres, y si hablamos de mayores de 65, el porcentaje asciende al 61%. La periodista y politóloga Adela Rodríguez explica que este tipo de exclusión no se da en el vacío: “Tiene raíces estructurales y se sostiene sobre una concepción profundamente conservadora de lo público, donde los espacios de visibilidad, representación y poder simbólico siguen siendo patrimonio de los hombres. Mientras tanto, las mujeres continúan siendo convocadas, cuando lo son, a los márgenes: a lo anecdótico, a lo secundario, a lo decorativo”.
Esta situación no se da únicamente con el pregón de San Isidro. La omisión del papel femenino es algo que desde que Almeida llegó a la alcaldía ha ido en aumento en todos los ámbitos, desde la representación de mujeres en el callejero, hasta en los homenajes a título póstumo o los torneos deportivos.
Uno de los casos más evidentes es el de la escritora Almudena Grandes, pregonera de San Isidro en 2018. Los reconocimientos a su carrera tras su fallecimiento en 2021 llegaron cargados de polémica desde el primer momento. La propuesta de nombrarla Hija Predilecta de la ciudad fue inicialmente rechazada por PP, Ciudadanos y Vox. El alcalde Almeida declaró que Grandes no merecía ese título, aunque posteriormente aceptó la propuesta para conseguir la aprobación de los Presupuestos de 2022. Fue la primera vez que una mujer recibía esta distinción en la ciudad y, de hecho, la única hasta el momento.

Fueron muchos los “desprecios” hacia la figura de Grandes que evidenciaron la falta de interés por su figura desde el Gobierno municipal. La ausencia de Almeida y la vicealcaldesa de aquel entonces, Begoña Villacís, en el acto de homenaje a la escritora, alegando “problemas de agenda”, fue interpretada como una muestra más del desdén institucional hacia este tipo de figuras femeninas. También hubo este tipo de gestos por parte de la presidenta autonómica, Isabel Díaz Ayuso, que cuando se propuso nombrar a la estación de Atocha “Almudena Grandes”, dijo que no era necesario cambiarlo porque ya tenía nombre de mujer, haciendo referencia a la patrona más antigua de Madrid.
Casi cuatro años después, Almeida todavía no ha cumplido con parte de los homenajes que prometió a la figura de Grandes. Una calle y una placa en la casa de Malasaña donde vivía. La historia se ha repetido con otras mujeres vinculadas a la ciudad que han fallecido estos últimos años. Ni Itziar Castro, ni Concha Velasco, ni Carmen Sevilla, ni María Teresa Campos han sido homenajeadas al nivel de otros personajes masculinos ligados a la capital. El tenista Manolo Santana o el escritor Mario Vargas Llosa son ejemplos de ello. Hace unos días el Ayuntamiento dio el nombre de Mario Vaquerizo a una sala de ensayos hace tan solo unas semanas sin ni siquiera tratarse de un homenaje póstumo.
Otro ejemplo son las placas conmemorativas que se instalaron en siete bancos del Retiro el pasado mes de febrero en recuerdo a varios representantes del mundo de la cultura que fallecieron en el 2023. Solo había una mujer, María Jiménez. El resto fueron seis hombres.
También ocurre con el callejero. Solo una de cada cinco calles en Madrid tiene nombre de mujer. De las 33 bibliotecas públicas que existen en la capital, 19 se llaman como algún escritor. Únicamente hay seis literatas: Ana María Matute e Isabel de Borbón, alias La Chata (en Carabanchel), Elena Fortún (Retiro) Gloria Fuertes (Barajas), María Lejárraga (Hortaleza) o María Zambrano (Tetuán). La lista no termina ahí. Entre las 387 placas conmemorativas que existen en la ciudad hay más que homenajean a edificios (58 en total) de las que lo hacen con mujeres (40). 282 nombres de hombres copan el resto, en amplia mayoría.
Otro ejemplo de desigualdad, más cercano: el pasado fin de semana se celebró la entrega de premios a los ganadores y ganadoras del Mutua Madrid Open. Almeida solo asistió a la final masculina del domingo para entregar el trofeo ganador al número 7 del mundo, Casper Ruud. El día anterior la representante municipal fue Almudena Maíllo, delegada de Turismo y concejala muy por debajo del alcalde en el escalafón municipal. Ella fue la encargada de dar el trofeo de campeona a la tenista bielorrusa Aryna Sabalenka, número 1 del ranking.

Para Adela Rodríguez, lo que se está observando es una reacción frente a los avances del feminismo: “Es lo que Inglehart y Norris llaman backlash cultural: un movimiento de retroceso que busca restaurar privilegios en peligro. En contextos gobernados por la derecha, este retroceso adopta formas suaves pero persistentes, como la omisión. No hay escándalo, no hay titulares; simplemente, no están. Y ese silencio es profundamente político.”
Invisibilizadas e infrarrepresentadas
Este asunto lleva dando que hablar entre los grupos de la oposición desde hace años. PSOE y Más Madrid han denunciado en numerosas ocasiones la falta estructural de representación femenina en el espacio público de la ciudad. En este sentido, la concejala socialista Soledad Murillo, lamenta que la elección de pregoneros para las fiestas de San Isidro siga un patrón que invisibiliza a las mujeres: “La figura de la pregonera es clave porque une entretenimiento y representación, y tiene un fuerte impacto en niñas y jóvenes”.
Por su parte, la portavoz de Más Madrid en el Ayuntamiento, Rita Maestre, considera que “desde que Almeida es alcalde, la invisibilización de las mujeres campa a sus anchas. Es una cuestión de voluntad política, y está claro que no la tiene”. Maestre subraya que solo el 18,4% de las placas de las calles de Madrid llevan nombre de mujer y denuncia el sistemático rechazo del Partido Popular a propuestas para reconocer a figuras como Almudena Grandes, Marisa Paredes o María Zayas.
Ambas portavoces coinciden en que la representación simbólica no es un gesto decorativo, sino un mensaje político: “Cada pregón, cada calle o plaza con nombre propio es una declaración de nuestros valores”, recuerda Maestre. En un Madrid donde más de la mitad de la población son mujeres, su ausencia en los espacios visibles resulta, para la oposición, inadmisible y sintomática de una regresión en políticas de igualdad.
Este jueves, 8 de mayo, el futbolista Dani Carvajal inaugurará las fiestas de San Isidro desde la Plaza de la Villa. El mismo que señaló como “unos gestos desafortunados” el beso no consentido entre Jenni Hermoso y Luis Rubiales. El mismo que consideró que se había politizado la situación y creía que no debía posicionarse o condenar lo ocurrido sin conocer lo que realmente había pasado. Un “líder en los valores que transmite” para el Ayuntamiento de Madrid.
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