La economía mantiene el vigor y crece un 0,6% en el primer trimestre gracias a la fortaleza del consumo

La economía de España mantiene el vigor en el primer trimestre. El PIB (Producto interior bruto) de nuestro país creció un 0,6% respecto al último trimestre de 2024, principalmente gracias a la fortaleza del consumo de las familias y al repunte de la inversión de las empresas. Es decir, gracias a la demanda interna o nacional, en pleno estallido de la guerra comercial.
El crecimiento interanual entre enero y marzo (frente al mismo periodo de 2024) fue del 2,8%. El sector exterior restó cuatro décimas a este avance del PIB, según los datos de la Contabilidad Nacional avanzados este martes por el INE, justo después del histórico apagón en la Península Ibérica de este lunes, que se dejará notar en las cifras del segundo trimestre.
En el conjunto de 2024, la economía de España avanzó un 3,2% respecto 2023, cuatro veces más que la eurozona. Con las cifras del primer trimestre, nuestro país sigue liderando a las principales economías europeas.
El repunte interanual del consumo fue del 3,5%, “favorecido por la ganancia de poder adquisitivo de los trabajadores y la positiva evolución del empleo”, según explican fuentes del Ministerio de Economía. Mientras, se prolonga la expansión de la inversión, “especialmente en bienes de equipo, que alcanzó un crecimiento del 4,1% interanual”, añaden.
Esta positiva foto de la actividad de nuestro país se completa con que “todas las ramas de actividad están contribuyendo positivamente al crecimiento económico”, según continúan las fuentes de Economía.
Además, este martes, el crecimiento viene también acompañado de la contención de la inflación, que en abril se reduce una décima hasta el 2,2%, respecto al mismo mes de 2024.
La inflación general acumula desde 2021 un ascenso de cerca del 20%. Es decir, la vida en abril es un 2,2% más cara que hace un año y un 20% más cara que hace cuatro años. De esta manera, se entiende mejor el daño al 'bolsillo' de las familias de esta crisis de inflación 'pegajosa', en la que la mayor pérdida de poder adquisitivo se sufrió en 2022.
Esta perspectiva destaca la importancia de la creación de puestos de trabajo, la llegada y incorporación de inmigrantes al mercado laboral y las subidas salariales como apoyo fundamental del consumo agregado de las familias. Sobre todo, ante el frenazo de un sector exterior dañado por las barreras comerciales (los aranceles) levantados por la Administración de Estados Unidos de Donald Trump y la incertidumbre internacional.
“Los datos que hemos conocido reflejan el mantenimiento de la fortaleza y crecimiento equilibrado de la economía española, que será la economía desarrolla que más crezca en 2025, según las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI)”, destaca el Ministerio de Economía.
“España sigue haciendo compatible el mayor crecimiento económico entre las economías desarrolladas con una inflación moderada, a pesar de la elevada incertidumbre del entorno internacional. Esto está permitiendo que estos excelentes datos macroeconómicos se están trasladando también a los datos micro, mejorando la situación y perspectivas económicas de nuestras empresas y familias”, prosigue el departamento que lidera Carlos Cuerpo.
Demanda interna frente al frenazo del sector exterior
Según apuntó la semana pasada Raymond Torres, director de coyuntura económica de Funcas, que como el FMI actualizó sus proyecciones de avance del PIB, “el sector exterior ha aportado un tercio del 12,5% de crecimiento de España acumulado entre 2022 y 2024”.
Ahora, nuestras exportaciones y el sector del turismo son de los menos expuestos directamente a las barreras comerciales de Estados Unidos. Pero, inevitablemente, en 2025, este motor excepcional de España se enfrenta a un contexto de incertidumbre internacional total por la guerra comercial y restará algunas décimas al avance del PIB (Producto Interior Bruto, el indicador con el que se mide la evolución de la actividad) por primera vez en este ciclo de expansión.
En este escenario, este año, la demanda interna (el consumo de las familias y la inversión de las empresas) asume toda la responsabilidad del crecimiento del 2,5% [en el conjunto de 2025] que estima el FMI. “El sector exterior ha sido un pilar fundamental, aportando directamente un tercio del crecimiento acumulado en el último trienio, e indirectamente más”, comenta Raymond Torres. “Esta ha sido una diferencia respecto a una eurozona estancada. Eso muestra, a la vez, la fuerza de la economía española, pero también su debilidad”, continúa.
Entre las tendencias positivas que resisten en España, el mercado laboral merece una mención especial. “Seguirá expandiéndose, si bien a un ritmo inferior que en el periodo reciente. Se anticipa la creación de 360.000 empleos netos anuales durante el bienio 2025-2026, frente a un promedio de 550.000 en los dos últimos años (en términos de EPA)”, resalta el informe de Funcas.
El problema de la vivienda
“También se prevé una desaceleración de la población activa, ya que la escasez de vivienda actuará como cuello de botella para la inmigración y la incorporación de nueva fuerza laboral en general”, continúa.
“El crecimiento [este año] será menos equilibrado que en años anteriores, ya que procederá solo de la demanda interna. El sector exterior restará [compraremos más fuera de lo que vamos a ingresar por las exportaciones y el turismo]”, incide el informe de previsiones de Funcas.
“Se espera también un aumento adicional del consumo público [el gasto de las Administraciones], aunque menos vigoroso que en ejercicios anteriores por la situación de prórroga presupuestaria y el sistema de entregas a cuenta a las administraciones territoriales: este año las compensaciones en virtud de dicho sistema serán relativamente limitadas, aportando menos laxitud al gasto autonómico que en ejercicios anteriores. Además, es previsible una cierta recuperación de la inversión residencial, en un entorno de fuerte demanda de vivienda”, argumenta este centro de análisis.
Dos claves para el consumo de las familias es la moderación de la inflación y las bajadas de los tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE), que abaratan las hipotecas y los préstamos en general.
Asimismo, la rebaja de los costes de financiación es crucial tanto las necesidades de inversión en la transición energética, en la digital, como en planes de ayuda para avanzar en lo que la UE está denominando “autonomía estratégica”. Un concepto que viene a significar que hay que depender menos del exterior ante el clima internacional de absoluta inestabilidad. Para todo eso hace falta dinero 'barato'. Así como para el incremento del gasto público en defensa y seguridad, anunciado también la semana pasada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
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