España propone a la UE alargar la vida de la munición de plomo de los cazadores que envenena los montes

España quiere que los cazadores puedan seguir utilizando munición de plomo durante “un mínimo de cinco a diez años”, según expuso el ministro de Agricultura, Luis Planas, en una reciente sesión de ministros de la UE sobre la prohibición de este material que deja, al menos, 14.000 toneladas anuales de metal tóxico en la naturaleza.

Durante el Consejo de Agricultura y Pesca de la Unión de este lunes, Planas utilizó su turno de palabra para pedir “un plazo transitorio más amplio” respecto al previsto en la propuesta de la Comisión Europea que iba de los tres años para los cartuchos de caza a los 18 meses para las balas de calibre superior a 5,6 mm. “Entendemos que sería necesario un mínimo de cinco a diez años para efectuar la adaptación para la fabricación de munición a base de acero”, ha argumentado el ministro en Bruselas.

Además de España –donde los cálculos estiman que se arrojan 6.000 toneladas de plomo cada temporada–, otros 13 estados han pedido a la Comisión Europea que retire la propuesta tal y como está ahora. “No tenemos una alternativa económica al plomo”, argumentó, por ejemplo, Portugal. Una línea seguida por Italia: “Necesitamos sustitutos para el plomo que no sean demasiado caros y puedan ser utilizados por cazadores y pescadores. No contamos ahora con uno a coste razonable”. En este grupo se alinearon Chequia, Eslovaquia, Grecia, Suecia, Finlandia, Hungría, Bulgaria, Estonia, Ucrania, Austria, Letonia y Polonia.

“No creo que la aprobación de la regulación a la munición de plomo propuesta por la Agencia Europea de Compuestos Químicos (ECHA) deba retrasarse más”, analiza el veterinario experto en plumbismo Rafael Mateo. La eliminación del plomo “está totalmente justificada por motivos de salud humana, animal y ambiental”, añade el investigador del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua del CSIC. La propuesta de la ECHA se firmó en noviembre de 2022 y el borrador legislativo de la Comisión se hizo esperar hasta febrero de 2025.

Mateo ve “entendible” un periodo de adaptación, pero advierte de que “es la misma demanda la que hace que se transforme el mercado y disminuyan los precios de las municiones no tóxicas que ahora son poco usadas”. Como ejemplo de que es algo posible, expone cómo los cazadores hicieron una “rápida adaptación” a los perdigones de acero tras la prohibición del plomo para cazar aves acuáticas en humedales.

El objetivo de la normativa presentada a los Estados es reducir un 70% el metal pesado contaminante abandonado en los ecosistemas. Los cálculos generales expuestos por la Comisión Europea dicen que el envenenamiento por comerse el plomo abandonado en los ecosistemas amenaza a 135 millones de aves, mientras 14 millones de animales se arriesgan a consumir presas contaminadas y otros siete millones a tragar plomos de pesca.

El plomo es un metal no solo tóxico, sino persistente. El veneno permanece muchos años, dispuesto a intoxicar a los que lo ingieran. Un ejemplo de esta herencia ponzoñosa está en el corazón del Parque Nacional de Doñana, donde los gansos ingieren plomo 40 años después de la última cacería allí.

Allí, en el llamado Cerro de los Ánsares, donde los gansos acuden cada noche a moler la comida, todavía quedan toneladas de plomo, según los cálculos de los investigadores. Las aves tragan arena de esa gran duna para machacar los granos que han ingerido y, al hacerlo, se meten los perdigones que permanecen.

La excusa de los jabalíes

Además de la prohibición en general, en su intervención en Bruselas, Luis Planas pidió que se pudiera seguir cazando jabalíes con balas de plomo para controlar la superpoblación de la especie. “Me parece un tema de alto riesgo para la agricultura y la sanidad animal –expuso el ministro– y entendemos que debería establecerse una excepción referida exclusivamente al uso de munición de plomo para el control poblacional”.

En el Ministerio de Agriculturan argumentan que las poblaciones de jabalí causan “enormes daños a la agricultura, y y representan el principal riesgo de entrada de la Peste Porcina Africana en España, hecho que tendría consecuencias catastróficas para el sector ganadero porcino español”. 

Así que, explican, plantean seguir usando munición de plomo “por seguridad de los cazadores en los controles de población”. También afirman que “en caso de limitación del uso de plomo en la munición, el principal recurso actualmente disponible para el controlar este crecimiento poblacional, la caza se vería limitada lo que reduciría su efectividad e incrementaría los daños asociados al crecimiento de estas poblaciones”.

En este sentido, Rafael Mateos afirma que “ya existen hoy en día en el mercado alternativas basadas en cobre eficaces y seguras, por lo que el control de la sobreabundancia del jabalí no debería ser un problema para aprobar la regulación propuesta, sin tener que llegar a moratorias o periodos de adaptación de más de cinco años”.