Reconocida como Monumento Natural desde 2019, para ver esta cueva hay que agacharse pero compensa por su belleza

Está en la provincia de Jaén. Se llama Cueva del Agua de Tíscar, también conocida, precisamente, como la gruta de las maravillas. Pero para acceder a ella, antes hay que recorrer un túnel de 10 metros de largo pero… de 1,20 metros de altura. Pero, una vez que te agaches y salves el mencionado túnel, llegarás a este accidente de piedra caliza del monte del Caballo, producida por el río Tíscar, que es reconocida como una de las primeras grutas naturales que se descubrió en España y que, además, consiguió el título de Monumento Natural en 2019.
De hecho, en bereber, Tíscar significa ‘paso entre montañas’. Y, una vez que se llega al inicio del túnel, es necesario bajar unas escaleras de piedra para, una vez atravesado el pasadizo, llegar por fin a la idílica gruta.
Una vez en su interior, podemos recorrer sus rincones gracias a diferentes pasarelas que nos acercan hasta el salto del agua del río Tíscar, la imagen de la virgen en su recoveco de piedra y la poza en la que aterriza el chorro, conocida como pilón azul. Expertos en música aseguran que posee una acústica propia de los mejores lugares donde se organizan los mejores conciertos.
Cueva, castillo y ermita
A esta gruta también se la conoce como Cueva de la Virgen de Tíscar. Y es que en ese mismo lugar hubo una aparición mariana, según cuenta la tradición. En el año 1319 los musulmanes que vivían en el castillo de Tíscar, encontraron una imagen de la virgen. Cada vez que intentaban deshacerse de ella –pensaban que era un intento de conquista de los católicos– la lanzaban al agua desde las alturas.
Sin embargo, ella volvía a aparecer una vez tras otra. Rota la imagen, cuando los cristianos se hicieron con la fortaleza, reconstruyeron la imagen y sus fieles construyeron una ermita en su honor en el siglo XV, templo que se erigió sobre los restos del castillo musulmán.
Además del encanto de la gruta, los restos del castillo y la ermita, enfrente del santuario hay, además, una losa de piedra de 1959 en la que se han tallado unos versos que el poeta Antonio Machado escribió en 1917. Hacen referencia a Quesada y a la Virgen de Tíscar, que es la patrona del pueblo. “En la sierra de Quesada, hay un águila gigante, verdosa, negra y dorada, siempre las alas abiertas. Es de piedra y no se cansa (…) Y allí donde nadie sube hay una virgen risueña con un río azul en brazos. Es la Virgen de la Sierra”.
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