¿Por qué se le atribuye a Thomas Edison la invención de la bombilla?

El 16 de mayo se celebra anualmente el Día Internacional de la Luz, algo que coincide con el aniversario de la primera cirugía láser que se realizó con éxito en 1960 por el físico e ingeniero Theodore Maiman. Promulgada esta fecha por la UNESCO como una manera de potenciar cómo el estudio de la luz ha dado lugar a fuentes de energía alternativas y también avances tanto tecnológicos como en la ciencia.
Entre ellos, la electricidad, que es una forma de transmitir la energía electromagnética, y que simbolizamos con inventos como el de la bombilla, siendo el nombre de Thomas Edison de los primeros que suenan como el inventor, y lo cierto es que no lo fue, aunque sí que tuvo un papel fundamental en el desarrollo de este objeto y de la electricidad en general en el siglo XIX.
Thomas Edison no inventó la bombilla, pero la mejoró
En 1879, Thomas Edison consiguió por primera vez en la historia que una bombilla alumbrase durante 48 horas de forma consecutiva, y el 27 de enero de 1880 patentó su invento, que, si bien no había sido suyo como tal, las mejoras que introdujo fueron las que fueron clave para el desarrollo de la electricidad, pues consiguió pasar corriente eléctrica de alta durabilidad por un filamento de carbono incandescente, dentro de una campana de cristal que extendía la luz de forma eficiente y que sería fundamental para el alumbrado público.
Con sus detalles en la bombilla incandescente, que había sido inventada previamente por John Wellington y Joseph Wilson Swan, Thomas Edison quedaría para siempre ligado a este invento, también porque hizo que la electricidad fuera más asequible, y fundaría más tarde una empresa eléctrica en la que trabajaría en innovaciones para que la luz fuera más accesible.
En esta se daría la famosa lucha de las corrientes eléctricas, en la que Edison se basaba en la corriente continua, mientras Nikola Tesla y George Westinghouse trabajaban en la corriente alterna, que ganaría al final esta “guerra” por tener un sistema más barato y ser capaz de llegar a una mayor distancia.
Una continua curiosidad que llevó a más de 1.000 inventos
En 1879 cuando hizo sus primeras demostraciones públicas de la bombilla incandescente, el inventor ya llevaba una trayectoria con éxito en trabajos como el telégrafo y el fonógrafo, arrastrado por una curiosidad continua de producir nuevas investigaciones.
Una característica que estuvo presente en él desde bien pequeño, al distraerse con facilidad, lo que hizo que Edison fuera expulsado del colegio con 8 años, y educado en casa. Así, su primer trabajo sería a los 12 años como “carnicero de noticias”, una figura que se dedicaba a vender comida, bebida y periódicos en los trenes.
Allí mismo no se quedó quieto e ideó su propio periódico, pero esta manera de actuar le acarrearía continuos despidos por dedicarse a investigar y experimentar en cada trabajo que hacía, lo que le hizo ganarse una curiosa fama, que solo arreglaría con sus mejoras en el telégrafo.
Thomas Edison falleció a los 84 años por complicaciones en la diabetes en año 1931, cuando dejó más de 1.000 patentes, pero una de las que le daría mayor legado sería la bombilla incandescente y sus trabajos en la red eléctrica y la iluminación pública.
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