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Ahí es donde merece estar el racismo (una aventura de Capitán Duna y Chico Caries)

Capitán Duna y Chico Caries

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Este cuento forma parte de la serie 'Mari contra la pobreza', un conjunto de textos con los que EAPN Región de Murcia quiere poner el foco y resaltar la lucha diaria de muchas mujeres contra la pobreza. Anteriormente en 'Mari contra la pobreza': en el cuento 'El garabato' supimos que Jorge (el hijo pequeño de Mari) dibujaba muy bien. Después, en 'Padres', supimos que junto a Endurance (el hijo de Henriette) se dedicaban a hacer cómics. En esos cómics, Jorge es Chico Caries y Endurance es Capitán Duna. Jorge y Endurance se hicieron amigos en el cole cuando los dos se enfrentaron a unos chicos que decían insultos racistas (en 'Henriette').

El Bibby Stockholm fue un barco-cárcel que usó el anterior gobierno de Reino Unido. Allí encerraban (a veces durante varios meses) a personas solicitantes de asilo en espera de la resolución de su solicitud.

La arena del desierto fue roca antes de ser arena. Capitán Duna ha prestado atención en la clase de Ciencias Naturales y ha aprendido a usar sus poderes para manipular y mover arena, piedras y toda clase de rocas. Gracias a eso, una roca inmensa sobrevuela el Canal de la Mancha rumbo a Portland. Sobre ella, Capitán Duna y Chico Caries repasan el plan por última vez.

Al poco, divisan el barco prisión Bibby Stockholm y se preparan para la acción.

Mari deja de leer y mira con asombro a Henriette. Jorge dibuja desde bien pequeño, de hecho, ella siempre cuenta que supo sostener antes un lápiz que una cuchara, y una de sus aficiones favoritas es leer cómics. Su abuela lo lleva todas las semanas a la comicteca de la Biblioteca Regional para que saque todos los tebeos que se pueden sacar de una sola vez. Luego, los lee en un santiamén.

-Tienes que leer más despacio -le suele decir Tamara para reírse- o te atragantarás con alguna de esas viñetas.

Mari sabe todo eso y sabe lo bien que dibuja su hijo. También sabe algo acerca de los dos superhéroes de la historia. Capitán Duna es Endurance, que siempre cuenta que su padre es el desierto. Tiene el poder de manipular la arena. Chico Caries es Jorge y tiene el poder de provocar caries en los dientes de los racistas. Mari intentó durante un tiempo entender por qué, de todos los superpoderes posibles, Jorge eligió ése para su alter ego. No encontraba ninguna razón convincente hasta que escuchó a Tamara maldecir a alguien y desearle que se le pudriera la boca. Pero una cosa es saber y otra es descubrir. Mientras Henriette y ella leen 'Ahí es donde merece estar el racismo (una aventura de Capitán Duna y Chico Caries)' siente una sensación de asombro y admiración que la sorprende.

-¿Tú sabías que estaban haciendo esto? -le pregunta Henriette-.

Mari les había visto con aires de misterio y muy ocupados durante semanas pero no sabía que estuvieran trabajando en su propio cómic. De hecho, Henriette y ella lo estaban leyendo sin el permiso de los autores. Seguramente por descuido, lo habían dejado al alcance de miradas indiscretas. El dinosaurio estuvo tironeando de la manga a Mari para que no lo cogiera y respetara la intimidad de Jorge pero ella no pudo contener la curiosidad.

-No tenía ni idea -responde Mari-. ¿Qué es eso de Bibby Stockholm?

Henriette le explica que ese es el nombre de una barcaza en la que el gobierno británico hacinaba a personas solicitantes de asilo para que no hubiera duda alguna de su racismo y ahorrarse de paso unas pocas libras. Ha llegado a morir gente ahí dentro por la poca salubridad del barco, añade Henriette antes de que ambas volvieran a la lectura.

En la siguiente viñeta, la roca voladora se acerca al barco prisión hasta ponerse a la altura de la tripulación. Chico Caries les dice a los carceleros que liberen a las personas allí encerradas o afronten las consecuencias. Los policías de a bordo desenfundan sin pensárselo dos veces y disparan contra los tripulantes de la roca voladora.

Habéis cometido un estúpido error, les advierte Capitán Duna. No muy lejos de donde estamos, se encuentra el puerto de Portland con un rompeolas con más de 5 millones de toneladas de roca. Y todas ellas están a mi disposición.

-Parece que se han documentado bien para la historia -dice Henriette mientras la mirada de asombro crece en la cara de las dos mujeres según pasan las viñetas.

Con un simple gesto, Capitán Duna levanta varias rocas tremendas del rompeolas. Una la usa de escudo contra las balas que les disparan. Las otras las arroja contra la borda de la prisión flotante haciendo que los policías huyan despavoridos y sin rumbo de babor a estribor y de proa a popa. Muchos de ellos se arrojan al agua aterrados ante el poder del Capitán Duna y de lo que les pudiera pasar a sus muelas y encías si Chico Caries usaba su poder contra ellos.

Los dos superhéroes suben a bordo del Bibby Stockholm. Capitán Duna forma un lazo con arena del fondo del mar y lo usa para atrapar al comandante del barco y arrastrarlo ante ellos.

Chico Caries le pregunta si sabe que ese barco es de una compañía que estuvo vinculada a la trata de esclavos. El comandante mueve la cabeza para negar que lo supiera. Está bien, haremos por creerte, dice Chico Caries. Ahora, libera a la gente que tenéis aquí encerrada. El comandante se niega en redondo. Como quieras, añade Chico Caries mientras frunce la frente para usar su superpoder contra el capitán. Un rayo verde fluor surge de la boca del chico y una súbita y dolorosísima gingivitis se apodera de las encías del hombre que, al poco, acaba pidiendo perdón y ordenando, entre lágrimas, la liberación de las personas refugiadas encerradas en el barco.

El dinosaurio ha disfrutado la historia hasta ese momento y se le ha notado por cómo golpeaba la cola contra el suelo de la emoción. La cara de sorpresa de las madres de los autores se ha teñido de cierta zozobra. Las muecas de dolor del comandante del barco cárcel estaban dibujadas con todo lujo de detalles.

-El arte es el arte -afirma una de las dos antes de seguir leyendo.

Después de varias viñetas en las que la gente abandona el barco a través de un puente de arena que Capitán Duna ha levantado hasta el puerto y en las que Chico Caries sana casi al instante las lesiones de las bocas de muchas de las personas liberadas (lesiones provocadas por la falta de higiene y la mala alimentación), una chica se acerca hasta ellos.

-¿Es cosa mía o esa chica se parece mucho a Ariana Grande? -pregunta Henriette.

-La verdad es que es una de las artistas favoritas de Jorge.

La chica les explica que ha sido ella quien subió el vídeo a Tiktok pidiéndoles ayuda. Pudo hacerlo antes de que los policías descubrieran el teléfono que había conseguido esconder hasta ese momento y se lo quitaran. La chica les da las gracias. No nos tienes que dar las gracias, dice Chico Duna, este es nuestro trabajo. Ya sabes lo que se dice, añade Chico Caries, un gran poder conlleva una gran responsabilidad y nosotros siempre estaremos al lado de quien nos necesite para luchar contra la injusticia.

Cuando todo el mundo ha abandonado el barco, Capitán Duna deja caer sobre él varias toneladas de roca arrastrándolo al fondo del mar. Ahí es donde merece estar el racismo, afirma Chico Caries en la última viñeta que todavía estaba a medio dibujar.

Justo en ese momento, Jorge y Endurance vuelven de la calle. Habían salido a comprar algunas chuches. Mari y Henriette corren a dejar el tebeo donde estaba y disimulan lo mejor posible. En cuanto pueden, dejan a sus hijos a solas para que puedan acabar su obra cuanto antes y lejos de miradas indiscretas.

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