Almeida, al rescate del Real Madrid con una recalificación en Valdebebas tras los fiascos de los conciertos y los parkings

Hace 24 años, el Real Madrid consiguió una de las operaciones urbanísticas más rentables que se recuerdan para un club de fútbol en España. Fue en su antigua ciudad deportiva, situada al norte de La Castellana. Los terrenos fueron recalificados de deportivos a terciarios, en una operación junto al Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid para multiplicar por seis su edificabilidad y poder construir cuatro torres de oficinas.
Los actores de aquella operación fueron un Florentino Pérez recién llegado a la presidencia del Real Madrid con promesas galácticas, un José María Álvarez del Manzano en su etapa final como alcalde y un Alberto Ruiz-Gallardón en pleno ascenso político al frente del Gobierno regional. La operación de puesta en valor de unos terrenos públicos que el franquismo le había vendido a bajo precio a Santiago Bernabéu en 1960 le supuso al Real Madrid ingresos por valor de 501 millones de euros, que impulsaron la era de los fichajes estelares y varias Champions League en los años posteriores, después de décadas de sequía en la máxima competición europea.
Hace unos días, el propio Florentino Pérez presentó su nuevo proyecto de futuro para el club merengue: el Madrid Innovation District (MID). Un enorme campus empresarial de innovación y ocio con la intención de construir sobre los terrenos de Valdebebas que adquirió hace décadas, cuando tenían un valor muy inferior al actual, con el objetivo de erigir allí su nueva ciudad deportiva -que ahora suma casi veinte años- y a la vez mantener una enorme extensión de tierras al lado, en barbecho.

El momento de explotar esos terrenos, que ocupan 85 hectáreas, parece haber llegado con el anuncio de la semana pasada. Pero para poder levantar todas las oficinas, universidades y centros de ocio previstos es necesaria una nueva recalificación, porque toda la parcela está pensada para usos deportivos privados. Fuentes del área de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid consultadas por este periódico confirman que es necesario el cambio a uso terciario.
La operación urbanística se encuentra, de momento, guardada bajo llave. Ni el Ayuntamiento de Madrid ni el club blanco han ofrecido más detalles de sus trámites. Incluso la presentación del MID se hizo a puerta cerrada, con la presencia del alcalde o de la presidenta de la Comunidad de Madrid, pero sin ningún periodista presente que pudiera preguntar sobre el proyecto. Tan solo ha trascendido que será necesaria una “inversión internacional” de 8.500 millones de euros para ponerlo en marcha. Además de un triunfal vídeo con recreaciones del proyecto, sin rascacielos pero con un jardín idílico y un tranvía que recorre el entorno con el escudo del Real Madrid.

El futuro campus empresarial se situará en una parcela que se está rodeando de numerosas infraestructuras de transportes y un entorno urbano inexistente hace veinte años. A su cercana situación respecto del aeropuerto de Barajas se le ha unido un recién inaugurado intercambiador de transportes, que enlaza dársenas de bus con el Cercanías. También la ampliación de la línea 11, que está por llegar y que ya ha definido tres estaciones en este barrio. La línea del AVE habrá llegado igualmente a Barajas cuando se empiecen a construir los primeros edificios del MID.
El lanzamiento de toda esta operación urbanística llega en un momento óptimo para que salga adelante con la connivencia de las instituciones, ya que el PP cuenta con mayoría absoluta tanto en el Ayuntamiento como en la Comunidad de Madrid, las dos administraciones que tienen que dar su visto bueno a la recalificación urbanística. También aparece en un momento de necesidad del Real Madrid. El club merengue ha visto cómo se iban al traste sus planes para explotar comercialmente el nuevo Santiago Bernabéu a través de los eventos. Mientras, se enfrenta a un verano de fuertes inversiones en fichajes (ya se han concretado los 59,3 millones de euros por el central Dean Huijsen) al concluir una temporada sin conquistar ninguno de los tres títulos principales en el primer equipo masculino de fútbol.
Los fiascos de los conciertos y los parkings
El nuevo proyecto de Florentino Pérez aparece después de varios reveses económicos para su club, que no termina de rentabilizar las costosas obras de remodelación de su nuevo estadio. El Santiago Bernabéu no puede celebrar conciertos desde el pasado verano debido a que los vecinos del entorno han puesto al club contra las cuerdas en los juzgados, amenazando incluso con la cárcel a José Ángel Sánchez, mano derecha del presidente blanco, si continuaba autorizándolos pese a las molestias de ruido que generaban.
El conjunto merengue tenía previsto montar un evento cada seis días en el Bernabéu, como parte del acuerdo con el grupo inversor Sixth Street y el conglomerado estadounidense de entretenimiento Legends, por el que habría recibido 360 millones de euros en el año 2022 según el Financial Times. Pero todo se vio frustrado por los problemas de insonorización después de la reforma, que provocan emisiones de ruido por encima de la normativa en todos los conciertos que hasta ahora se han celebrado, incluidos los dos de Taylor Swift que revolucionaron la capital y colocaron a esta infraestructura hace un año como parada obligatoria en cualquier gira mundial de primer nivel.
Expertos en acústica aseguran que será “casi imposible” solucionar los problemas de ruido, por lo que pese a los nuevos intentos que el Real Madrid ha hecho por aislar su interior todas las actuaciones programadas se han acabado marchando al Metropolitano. Y ningún gran artista internacional se fija a estas alturas en un estadio con capacidad para 82.000 espectadores que parecía haberse convertido en el recinto de macroconciertos a cubierto que necesitaba Madrid.

El club esperaba ejecutar igualmente un lucrativo negocio con los parkings subterráneos junto al estadio. Las obras, que también han sido paradas por la Justicia, incluían la apertura de dos aparcamientos para más de 2.000 vehículos junto al paseo de la Castellana y el segundo bajo la calle Padre Damián. Ambas infraestructuras se construían gracias a un concurso que el Ayuntamiento convocó a instancias del Real Madrid y al que solo se presentó la entidad presidida por Florentino Pérez. La concesión incluye la explotación de las infraestructuras durante los próximos 40 años, así como el disfrute de 20.000 metros cuadrados de espacio público anexo para organizar eventos.
Según el acuerdo del Ayuntamiento de José Luis Martínez-Almeida con el club blanco, este tenía previsto gestionar un negocio cifrado en 470 millones de facturación a lo largo de los próximos 40 años a través de la sociedad Real Madrid Estadio. El periodo de explotación podría incluso ampliarse a 46 años en el caso de que sea necesario “restablecer el equilibrio económico del contrato en las circunstancias previstas”, según se plasmaba en el documento difundido en su día por Somos Madrid.
Pero dos asociaciones vecinales denunciaron esta concesión en los juzgados, que fue tumbada ya en mayo de 2024, aunque la orden de paralización se postergó cuatro meses. Las obras están detenidas a la espera de que se dirima el recurso en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, que por los plazos que suele manejar ha de estar cerca de su resolución. En cualquier caso, los aparcamientos llegaban como necesidad a los eventos musicales previstos en el Bernabéu y que se han suspendido a la vez.
Ante los reveses con la música, el club intenta compensar con otros eventos deportivos además del fútbol, para los que sí tiene autorización: en otoño llegará el primer partido de la Liga de Fútbol Americano en suelo español y el pasado jueves se confirmó que también albergará el partido de apertura del Eurobasket 2029, que si se llena se convertirá en el que más espectadores reúna en la historia de competiciones FIBA. Florentino Pérez pone ahora sus ojos en una nueva recalificación para traer ingresos al club que puedan mantener el nivel de fichajes y costear la reforma del estadio, para la que pidió tres créditos que suman 1.170 millones de euros.
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