Las Pedroñeras clama ante la situación “deplorable” del colegio: “Nuestro pueblo no merece este maltrato a su infancia”

En poco más de un mes, decenas de familiares del alumnado del colegio público de Las Pedroñeras (Cuenca) se han manifestado ya en dos ocasiones para denunciar la situación “deplorable” y las “condiciones insalubres” que presentan parte de las instalaciones del centro educativo. Bajo el lema 'Salvemos al Chicano', reclaman tanto a la Junta de Castilla-La Mancha como al Ayuntamiento que “asuman su responsabilidad y actúen de manera inmediata” para solucionar la situación.
Además, exigen impulsar la construcción de un nuevo y necesario colegio, un proyecto para el que la Administración regional defiende que lleva diez años reclamando al Consistorio pedroñero que ceda un terreno de 11.000 m2, en base al espacio que establece la ley para un centro de tres líneas como es el CEIP Adolfo Martínez Chicano. Sin embargo, el ayuntamiento, gobernado por el PP, alega que no dispone de ninguna parcela de ese tamaño con suelo urbanizable e insiste en construir el nuevo centro en los dos recintos en los que se divide ahora, que no alcanzan los 8.000 m2.
En esta encrucijada se encuentran los 514 alumnos y alumnas del colegio para cuyas nuevas instalaciones no se encontró una solución pese a las dos recientes reuniones que se han mantenido. Primero una que se alargó durante tres horas entre el consejero de Educación, Cultura y Deportes, Amador Pastor, y el alcalde, José Manuel Tortosa, y otra posterior entre el delegado provincial de Educación con el equipo directivo del centro y miembros de la AMPA, más específica sobre las deficiencias que presentan los actuales edificios.
“Es momento de tomar decisiones valientes y rápidas. La salud, la seguridad y el derecho a una educación digna deben ser una prioridad ineludible. No se puede seguir dejando que pase el tiempo sin tomar medidas, porque el colegio se sigue deteriorando y son nuestras hijas e hijos los que se ponen en peligro ante la falta de soluciones. Nuestro pueblo no merece este maltrato a su infancia”, exigen ante esta situación las familias, tal y como refleja el manifiesto al que dieron lectura en la concentración que llevaron a cabo el pasado domingo en la plaza de la Constitución de la localidad.
La problemática que surge en torno a la situación de las instalaciones de este centro educativo, de antigua construcción y separado en dos recintos diferenciados, se ha acrecentado en los últimos meses: “filtraciones, goteras, baños desmoronados y encharcados o pinturas desconchadas” son algunos de los desperfectos que enumeran, a los que añaden “la presencia constante de insectos”, la aparición de “ratas” o “episodios más graves” como la infección de orina que tuvo una alumna de Infantil.

“El médico nos dijo que había otras doce niñas con la misma situación”, apunta María Revenga, madre de un alumno en el centro y familiar de otros dos más que expresa su indignación por el estado de los edificios. “Como familia, estamos profundamente preocupados por la salud y seguridad del alumnado. Estas situaciones no pueden normalizarse y exigimos soluciones urgentes”, añade.
Otra familiar, que prefiere mantenerse en el anonimato, describe la situación que vivió con su hijo, en Infantil, al que tuvo que acudir a cambiar de ropa una mañana. “Eran las 9.20 horas y el suelo del baño estaba encharcado, por lo que tuve que cambiarle en la puerta del servicio. Si a esa hora estaba así, es de suponer que está siempre así porque ningún niño había tenido apenas tiempo de usarlo”, describe, al tiempo que lamenta que “el patio de infantil es super pequeño para 130-150 niños” y que es “ridícula la superficie techada que hay para cobijarse”.

Los inconvenientes de un colegio en recintos diferentes
Otra de las cuestiones que pone esta madre sobre la mesa es que para quienes tienen varios hijos en distintos cursos y se encuentran en diferentes recintos -en uno está Infantil y parte de Primaria y en el otro el resto de cursos de Primaria-, “no siempre es posible” llegar a tiempo a recogerles pese a que el colegio “intente secuenciar las salidas”. “Tienes el nerviosismo de querer llegar antes de que salga cualquier de tus hijos”, indica.
También hace referencia al “riesgo innecesario” de tener que cambiar de recinto para ir al comedor escolar. “Nunca hay suficientes manos para llevarlos por la calle y más en un momento de tanto tráfico”, detalla sobre el recorrido que hacen las monitoras con el alumnado que hace uso del servicio y que tiene que cruzar una de las vías más transitadas de la localidad cuando terminan las clases.
“Entendemos que si una administración va a poner el dinero y hay una normativa a seguir, habrá que cumplir esas normas, se compartan o no, para conseguir el fin. Por eso suplicamos que consigan ya los terrenos y empiecen a mover la construcción del colegio de forma urgente e inminente”, agrega, a la vez que matiza que también hay muchas familias que prefieren que los colegios se mantengan en la ubicación en la que están actualmente, la opción por la que opta el Ayuntamiento.
Pese a las discrepancias o distintas opiniones que hay sobre dónde ha de construirse el nuevo centro, lo que sí une a las familias es el sentir de que “el Ayuntamiento y la Junta están jugando un partido de fútbol, tirándose el balón el uno al otro, dejando pasar el tiempo y sin dar soluciones”. “Los que están en medio son nuestros hijos, que están jugando un partido al que nadie les ha invitado”, expone por su parte Luisa María, madre de otro alumno del centro.
“Si en los veranos, años tras año, hubieran hecho los correspondientes mantenimientos no estaríamos hoy reivindicando las pésimas condiciones actuales. Solo espero que ambas administraciones lleguen a acuerdos efectivos y consigamos arreglar esta situación cuanto antes. Queremos soluciones, no excusas”, agrega Luisa María.

Un informe para definir qué arreglo corresponde a cada administración
Por su parte, el alcalde reconoce que “la situación es manifiestamente mejorable” en el centro educativo y que “mientras se haga el nuevo, lógicamente se necesita un reacondicionamiento”. Por eso, técnicos de la Junta y del Consistorio han realizado una inspección global del colegio con el objetivo de elaborar un informe que detalle a su vez qué arreglo corresponde ejecutar a cada administración. “El mantenimiento lo hace el Ayuntamiento pero si, por ejemplo, hay que cambiar la caldera, su renovación corresponde a la Junta”, explica.
En este sentido, defiende que el Gobierno local “nunca se ha negado” a llevar a cabo las reparaciones y actuaciones necesarias que estima que le corresponden y que cada año detalla el equipo directivo del propio centro al finalizar el curso. “Desde 2019 hemos invertido casi 500.000 euros en el colegio”, asegura en declaraciones a elDiario.es Castilla-La Mancha José Manuel Tortosa, que aunque afirma comprender la desazón de las familias, también lamenta que “algunas ni siquiera se hayan molestado en hablar con el Ayuntamiento” antes de manifestarse.
“Se pueden subsanar determinadas anomalías como la del sistema eléctrico del centro, pero hay cosas que no se van a cumplir como es el tema de la eficiencia energética, la accesibilidad o las dimensiones requeridas ahora en los baños. Hay cosas que no tienen arreglo”, expone sobre las reparaciones que llevarán a cabo este verano y las necesidades que tienen la comunidad educativa de disponer de un nuevo colegio.
El alcalde, sobre el requerimiento de una única parcela de 11.000 m2: “No hay ninguna en suelo urbano”
En este punto es dónde surge “el desacuerdo”, en la ubicación del futuro centro. “La mejor ubicación del colegio es la que tiene -dos recintos ubicados en la avenida Juan XXIII y la calle Alicia Gómez Jareño, una zona céntrica del Las Pedroñeras-, para no quitarle vida al pueblo y sacar las dotaciones al extrarradio, que es lo más cómodo para el que construye”, resalta Tortosa, que insiste en que “no hay ninguna parcela en suelo urbano” con las dimensiones que exige la Junta, de 11.000 m2.
Desde hace unos años, en la fachada principal de cada de uno de los dos recintos, hay dos vallas publicitarias de grandes dimensiones que instaló el Ayuntamiento en las que se puede leer: “Colegio nuevo ya”. Sin embargo, no hay siquiera un proyecto redactado puesto que la Junta recuerda al alcalde que la superficie exigida es, en una parcela unificada, la que se detalla en el Decreto 248/2004, de 14 de septiembre, por el que se aprueba el Reglamento de Planeamiento de la Ley 2/1998, de 4 de junio, de Ordenación del Territorio y de la Actividad Urbanística -LOTAU-.
Para poder ceder a la Junta una parcela de estas dimensiones, el Ayuntamiento, apunta Tortosa, tendría dos opciones: impulsar un nuevo desarrollo urbanístico -lo que alargaría los plazos- o dotar al Consistorio de otros terrenos -mediante la compra o expropiación- para cederlos. “Si nos vamos al terreno rústico, haríamos el colegio a un kilómetro de distancia del actual”, dice el alcalde, que aboga por “respetar las competencias de cada administración: la de la Junta hacer el colegio y el Ayuntamiento decidir dónde”.

Además, apela a que no hay “un precepto legal que obligue a que estén juntos” el edificio que se dedicaría a Primaria y el que se destinaría a Infantil. Actualmente, el recinto en el que se ubica las aulas de Infantil y los primeros cursos de Primaria, así como el pabellón deportivo, ocupa 3.818 m2 -según el catastro-, mientras que el se destina solo al resto de cursos de Primaria alcanza los 3.360 m2. En total, 7.178 m2, casi la superficie que se determina en la normativa para un colegio de dos líneas y un máximo de 450 alumnos.
“Yo me presenté -a las elecciones- y dije que el colegio debería ubicarse dónde está”, defiende el alcalde, que hace referencia también “al condicionante” que se da en el pueblo, donde “el índice de nacimientos ha disminuido alarmantemente en los últimos años”. “Antes nacían unos cien niños y en los últimos años la media es de entre 40 y 45. Este pueblo, lejos de crecer, cada vez tiene menos habitantes. Estaríamos a punto de perder una línea -y bajar a 2 en lugar de las 3 actuales”, traslada sobre su rechazo a construir el colegio en la periferia.
Amador Pastor: “Llevamos diez años esperando un terreno”
“Llevamos 10 años esperando la disponibilidad de un terreno. El de Las Pedroñeras es el único ayuntamiento de Castilla-La Mancha que, pese a expresar voluntad de construir un nuevo colegio que unifique los actuales edificios y solvente sus carencias, aún no ha puesto a disposición de la Junta el terreno necesario”, expresó sobre esta situación el consejero de Educación, Amador Pastor, que hizo un nuevo llamamiento a Tortosa para “desbloquear” la construcción del nuevo colegio.
En sentido, afirmó que en los presupuestos autonómicos de 2023, 2024 y también en los de 2025 existe una partida reservada -150.000 euros- para redactar el proyecto. Además, tal y como recordó el delegado provincial de Educación, Cultura y Deporte, Gustavo Martínez, que reconoce “las deficiencias y la obsolecesncia de las instalaciones”, “en 2011 había un proyecto aprobado, con unos terrenos disponibles y el Ayuntamiento, con José Manuel Tortosa a la cabeza -y María Dolores de Cospedal presidiendo la Junta-, renunció a todo ello”.
Así lo recuerda también Esther Haro, concejala del Grupo Municipal Socialista en el Consistorio pedroñero. “No nos paramos ya a decir ni dónde tiene que hacerse el colegio. Donde él -Tortosa- diga, pero con al menos 10.900 m2. Que cumpla con la ley”, asevera la edil, que cree que hay “tras opciones viables” para desencallar este asunto. “La primera es ceder un terreno y el Ayuntamiento tiene varios que cumplen ese mínimo. Nos comprometemos a votar a favor donde diga. La segunda opción es comprar un terreno nuevo y la tercera es desarrollar un plan urbanístico que lleva metido en un cajón cerca de 20 años. La más rápida es ceder un terreno y nos parece bien”, apunta la concejala pedroñera, que no precisa la ubicación por la que opta el PSOE.
Haro, también directora general de Economía Circular y Agenda 2030 en la Junta, se muestra sorprendida porque el alcalde “esté pensando en que la localidad va a perder población”. “Hace 20 años éramos, después de Cuenca y Tarancón, el municipio con más habitantes en la provincia. Ahora somos los sextos. ¿De verdad piensan que no tienen que ver las políticas locales con el aumento de la población?”, cuestiona.
En este sentido, apela al alcalde a que, “si quiere un cambio de LOTAU -para reducir la superficie exigida para un colegio de tres líneas-, que lo hable con el Grupo Popular en las Cortes y presenten una enmienda y una solicitud para modificar la ley”. “El nuevo colegio es urgentísimo. Hagámoslo de una vez”, reclama la concejala, que defiende que “la Junta nunca ha dicho que no va a hacer el colegio. Está claro quién está poniendo el escollo”, añade.
Además, sobre la situación del actual centro, critica que la partida que el Ayuntamiento destina al mantenimiento “ha disminuido desde 2016”. “Con 10.000 euros al año no podemos mantener este colegio. El año pasado no fue capaz ni de gastarse todo el importe”, apunta Haro, que traslada “un mensaje de comprensión y apoyo a las familias” que seguirán movilizándose para que los niños y niñas de Las Pedroñeras crecer y desarrollarse en un centro educativo en condiciones adecuadas.
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