Jesús Cintora vuelve a RTVE con 'Malas lenguas': “He intentado 'renacer' tras vaivenes profesionales serios”

Jesús Cintora pide “paciencia” para Malas lenguas, su nuevo magacín en las tardes de La 2 en el que RTVE deposita toda su confianza hasta el punto de estrenarlo la tarde de este miércoles 9 de abril también en La 1, tras haber anticipado en su presentación cómo dará información, analizará la actualidad y desmentirá bulos mezclando el humor y el rigor periodístico.
El periodista explica que, para él, justo esa mezcla es su gran reto. “Quien vea un programa de Cintora va a ver elementos que le suenan más, y otros novedosos”, anticipa, queriendo dejar claro que “para informar fundamentalmente tenemos que estar los informadores”, pero defendiendo también a los cómicos: “Hay gente que no comprende el humor, que denuncia a humoristas”. El presentador incide igualmente en que no es un programa tan 'de autor' como otros que ha conducido, sino que “es una creación que tiene diversos autores”, y manifiesta que “La 2 es una cadena que también debería tener ese punto de experiencias nuevas e intentar crecer”.
Malas lenguas supone su regreso a RTVE casi 4 años después de que cancelasen Las cosas claras, el debate político que condujo en La 1 y sobre el que sigue defendiendo: “Fue una barbaridad, es así y no voy a descubrir nada. Nunca he dejado de decir que eso fue un atropello, no tengo por qué negarlo por mucho que vuelva aquí”. Ahora, se siente renacido: “He intentado digamos que 'renacer' después de vaivenes profesionales vamos a llamar serios”.
Curtido en recibir ataques en redes y medios, recuerda la “campaña de desgaste absoluto” que él y sus programas sufrieron cuando empezaron a ir bien en audiencias, y lamenta que “estamos en una constante de auténticas barbaridades”, hasta el punto de que la realidad parece transformarse: “Está lo que ocurre, y luego está lo que inventan”. Cintora cree que “nunca hubo tanta posibilidad de informarse, pero nunca hubo tanta gente desinformada”.
Aún así, mantiene que en su programa intentará “que estén representadas todas las sensibilidades posibles”, destacando que “si se analiza mi trayectoria, se puede ver que me quitaron de programas en etapas de gobiernos distintos”, y lamenta que “hay gente que de entrada, sin oírte, ya dice que no le gustas”. Frente a ello, promete únicamente trabajo: “Hay gente a la que le puedo gustar más, y gente a la que le puedo gustar menos, lo único que prometo es trabajo”.

¿Cómo recibiste la propuesta, y qué te hizo decir que sí?
Es un planteamiento de programa de televisión pensado para hacer servicio público, con un perfil de actualidad, que es lo que he hecho. Y pensado también para construir en La 2 un espacio novedoso, que tiene elementos que para mí son más experimentales, que no he practicado, como por ejemplo el humor. Y es un programa para invitar a que la gente tenga cierta paciencia, porque tiene partes que son más novedosas pero también hay otras que son más clásicas o más habituales de lo que han visto en los programas que he podido hacer.
Va a haber colaboradores, expertos, invitados que han estado en otros programas que he hecho; y tiene esa combinación, esa parte de lo de siempre, de lo habitual. Quien vea un programa de Cintora va a ver elementos que le suenan más, y otros novedosos. Es un programa de un equipo amplio que está trabajando para hacer el mejor formato posible. Y luego los programas van evolucionando: surgen de una manera, al ser en directo luego van siendo de otra... etc. Vamos a ir viendo lo que hay. Tenía esta propuesta de hacer un programa aquí, en julio hará cuatro años que me quitaron de Las cosas claras, y ahora estaba este planteamiento, y aquí estamos.
¿Cómo vives esa vuelta a RTVE? ¿Es tu nueva casa, o como volver a casa tras esa salida que fue polémica y sonada?
Bueno, es una nueva casa en el sentido de que volver también lo es... Yo hasta ahora estaba con mi estudio ahí en el barrio de La Elipa, haciendo mis podcast, y en mi casa; y estar aquí es la casa de todos, es la televisión pública. Para mí es una nueva experiencia. Como periodista me ha tocado hacer cosas muy variopintas: radio local, televisión, programas de prime time, de day time, ser contertulio, hacer podcast en Youtube, escribir artículos en prensa digital... Yo creo que la vida, a nivel profesional, es un aprendizaje continuo y siempre me ha brindado formatos para ir aprendiendo.
Cuando salí en directo en Las mañanas de Cuatro, no había hecho ni siquiera un piloto en mi vida, y me soltaron ahí y fue bien. En este caso también es un reto para aprender. En este programa voy a tener que aprender también, porque hay cosas de humor, que no es mi terreno de confort por así decirlo. Pero es volver a la televisión pública, que es la casa de todos. Yo voy a intentar además que estén representadas todas las sensibilidades posibles, que es lo que creo que intenté hacer cuando estuve aquí en la otra etapa. Tenía gente de izquierdas, de derechas, de centro, liberales, comunistas, socialdemócratas... ahí está lo que se hizo, y me gustaría que volviera a ser así.
RTVE estrena @MalasLenguasLa2, un nuevo espacio de actualidad con @JesusCintora, donde el análisis, el entretenimiento y el humor servirán de antídoto contra la desinformación.
— RTVE Comunicación y Participación (@RTVE_Com) April 7, 2025
🔹 Estreno en simultáneo el MIÉRCOLES, a las 18:45h, en @La1_tve y @la2_tve.https://t.co/T778YWPrWT pic.twitter.com/OBPfMWjgXA
¿Crees que es posible contar la verdad a través del humor?
El humor es humor. Pretende fundamentalmente esbozar una sonrisa, entretener, y luego puede tener alusiones informativas, por ejemplo en ese punto de sátira o de ironía. Y luego tiene que haber, como va a tenerlo el programa, fundamentalmente también su momento y su espacio para contar lo que pasa, y hacerlo además conectando con periodistas diversos, con expertos distintos, con gente que va a opinar, con reporteros que van a acercar lo que pasa en la calle... tiene esa diversidad. Para informar fundamentalmente tenemos que estar los informadores.
Luego el humor, en un tiempo en el que parece que se persigue a los humoristas, tienen también su espacio. Obviamente los humoristas hacen humor, que ya es mucho, porque parece que a veces es como algo enormemente de riesgo querer hacer humor. Hay gente que no comprende el humor, que denuncia a humoristas. Bueno, pues están ahí, y luego estamos los informadores, que también a veces somos un poco incomprendidos por tener un sentido crítico, o atrevernos a a contar cosas que a veces algunos ocultan.
Hablas de espacios. ¿En Malas lenguas, los espacios de humor y de información van a estar separados, o se van a mezclar?
Malas lenguas es un compendio de varias cosas, en el cual hay un espacio para el humor, hay un espacio para la investigación, hay un espacio para la actualidad, para estar en la calle... y es un programa que todos los elementos son importantes. Y no está definido el “vamos a dedicar 3 minutos a este tema”, eso no está establecido. Además en los programas que hago tienen ese punto en el cual hay un grado de improvisación importante. Yo no soy una persona que lea un telepronter o un cue. Vengo de la radio, de esa radio en la que pude aprender ese punto de 'espontaneidad' si le queremos llamar así, entonces no hay un guión establecido al milímetro, minutado, eso no hay. La idea es que todo fluya. Esa es la realidad de un formato que tiene aspectos diversos y que irá creciendo desde una idea que tiene ese punto de intentar que pueda ser para todos los públicos.
Nunca he dejado de decir que cancelar 'Las cosas claras' fue un atropello, no tengo por qué negarlo por mucho que vuelva aquí
Hablaréis de bulos y mentiras, ¿tú has sido víctima de alguna mentira que te haya hecho daño?
[Ríe...] En los tiempos que corren... yo particularmente puedo contar, en mi caso particular, empecé a vivir la experiencia de que mintieran, y mucho, sobre mí curiosamente cuando hicimos Las mañanas de Cuatro. Conforme iba teniendo más audiencia, empecé a ver que curiosamente me publicaban más bulos en contra. Y no solo en contra de mí, en contra de mi familia, haciendo daño. Y hay bulos que se publican de forma intencionada, y también interesada. A veces hay un interés de hacer daño al rival, al competidor. Eso yo lo viví, conforme ese programa iba creciendo, se planteó una campaña de desgaste absoluto. Yo eso lo he vivido, hasta el punto de que en la red hay un montón de cosas publicadas sobre mí o sobre mi familia que no son verdad, y están ahí.
Mientras fui un redactor, un reportero en la radio, e incluso cuando empezamos el programa de las mañanas, tampoco nos hicieron tanto daño. Pero cuando el programa empezó a despuntar, curiosamente, empezó una posverdad que se ha mantenido. Eso es así, y puedo contar este caso en particular porque me lo preguntan, pero esto está ocurriendo a nivel general. Está lo que ocurre, y luego está lo que inventan. Y pueden inventarte incluso una realidad paralela en personas, en empresas... eso está pasando, y hay gente que peligrosamente se lo cree.
Con 'Las cosas claras' se llegó a opinar que había sido un despido político. ¿También viviste esa situación?
Las cosas claras es un programa que se hizo con una enorme vocación de trabajo, con un equipo de un enorme talento, con una enorme ilusión, en un tiempo difícil de pandemia... hicimos un servicio público que me parece que fue muy digno, y es un programa que se quitó en un momento en el que su evolución era muy buena. Si uno ve la tendencia que llevaba ese programa, era muy buena, con lo que cuesta consolidar un programa de televisión.
Pues ese programa lo quitaron justo en el momento en el que tenía eso que se llama la 'velocidad de crucero', habíamos cogido el tranquillo que sería un ambiente más coloquial. Se quitó en ese momento. Fue una barbaridad, es así y no voy a descubrir nada. Pero ya está, la vida sigue, son etapas, nunca he dejado de decir que eso fue un atropello, no tengo por qué negarlo por mucho que vuelva aquí; pero la idea es seguir haciendo cosas. Yo a la vida le pido salud, tengo 48 años, llevo haciendo programas desde los 17 o los 18, esta es una nueva etapa, vamos a intentar aprender, exprimir la vida, conocer a gente nueva, y celebrar que estamos aquí.

En 'Malas lenguas' hay sinergias importantes y diversas entre Verifica RTVE, La Osa, El Terrat... ¿cómo está siendo?
Es una buena pregunta para decir que el formato no es un formato mío. Es decir, no es un producto ideado por mí. Hay otros, por ejemplo en Las cosas claras había una autoría más propia, con elementos bastante parecidos a lo que fue la etapa de Las Mañanas de Cuatro en la que estuve. Este programa es una creación que tiene diversos autores, y yo voy a intentar hacerlo lo mejor posible, trabajar con la mayor profesionalidad que pueda, y trabajo, trabajo, trabajo.
Al final la idea es que en dos horas y pico de programa todo vaya teniendo un sentido. Y para eso hay que intentar darle continuidad, que es lo que pretendo. Esto lo digo con la enorme humildad con la que uno puede afrontar lo que para mí no es un territorio de confort, lógicamente. Es ir a cosas nuevas, pero eso es apasionante también. Además creo que La 2 es una cadena que también debería tener ese punto de experiencias nuevas e intentar crecer, y que a la gente le pueda interesar. Va a haber gente a la que le puede gustar más lo que vea en 'Los Teletrapos' que lo que le cuente yo con un experto. Habrá de todo, y la idea es que todo engarce y tenga una continuidad.
'Los Teletrapos' son una especie de regreso a 'Los Guiñoles'. ¿Crees que ese tipo de humor, con marionetas y muñecos, tiene todavía cabida en la TV actual?
Ya digo que es una experiencia. Es una experiencia, y cabida tiene porque se va a hacer [ríe]. Luego ya que guste o no guste no es responsabilidad mía, yo tengo un enorme respeto por la audiencia, por lo que hagamos cualquiera de nosotros. Hay un equipo de profesionales que van a hacer un trabajo que a mí me parece interesante, y también intentar despertar una sonrisa en la gente que lo ve, y permite insertar elementos irónicos y satíricos que están bien. Pero yo no puedo hablar por toda la audiencia, ni en 'Los Teletrapos' ni en lo que hago yo. Hay gente a la que le puedo gustar más, y gente a la que le puedo gustar menos, lo único que prometo es trabajo, una enorme vocación de responsabilidad, y esfuerzo. Es lo único que siempre prometo en los proyectos en los que me meto.
Hay gente a la que le puedo gustar más, y gente a la que le puedo gustar menos, lo único que prometo es trabajo
Pudimos verte promocionando en el fútbol, junto a 'La familia de la tele'. ¿Va a haber alguna sinergia?
Con la gente de La familia de la tele nos hemos visto en pasillos, cuando hacíamos el programa de Cuatro, de forma constante. En aquel programa de Cuatro en un pasillo coincidía gente como Belén Esteban, Revilla, ahora mismo denunciado por el Rey Emérito; Pedro Piqueras, al que desde aquí envió un abrazo; Pablo Iglesias, una monja llamada Sor Lucía Caram, Francisco Granados, que luego nos lo metieron en la cárcel por corrupto... Eso es la televisión: hay información, hay entretenimiento, y es lo que hay. Yo intento llevarme correctamente con la gente, y sí, estuvimos dialogando con Belén, como he podido coincidir en otro momento con Andreu en alguna fiesta.
¿Vas a compaginar tu canal de Youtube con Malas lenguas?
[Ríe] Yo tengo una personalidad, o una forma de trabajar, en la cual escribo libros, tengo el canal de Youtube, hago conferencias, estoy con esto... es mi forma de ser, mi forma de trabajar. Es verdad que trabajo un montón de horas, y hay un canal de Youtube que está ahí, que tiene ciento ochenta y pico mil seguidores, y habrá contenido que se seguirá publicando. Obviamente voy a tener menos tiempo, igual que me han planteado escribir otro libro y habrá que hacerlo de una forma más calmada, pero la idea es seguir haciendo cosas. Incluso tendremos tiempo para vivir, que hay que ir teniéndolo también [ríe].
Yo no voy a salir ahí con una pizarra y un palo a decir: "¡Esto es verdad, esto es mentira!"
¿Te has fijado en la competencia? Un programa que mezcla actualidad con humor es Todo Es Mentira, que compite en una franja cercana. O El Intermedio.
Ya digo: el programa no es un programa ideado por mí. Yo a la hora de formatear esto no me he fijado en otros canales porque no lo he formateado yo. Obviamente estoy al tanto de lo que hacen otras cadenas, sé lo que es El Intermedio, sé lo que es Todo Es Mentira... pero no es un programa que haya formateado yo. Tengo un enorme respeto por los programas que se hacen en otras televisiones, que ya llevan un tiempo y que tienen su punto de consolidación. Este es un proyecto nuevo, humilde, en La 2, en el que prometemos trabajo.
Se ha publicado por ahí “Cintora es el que va a decir lo que es verdad y lo que es mentira”... [ríe] yo no voy a salir ahí con una pizarra y un palo a decir: “¡Esto es verdad, esto es mentira!”. No es mi papel [ríe]. Mi papel, mi experiencia, es sobre todo intentar conducir y que la gente esté lo más cómoda posible. Conectar con unos, con otros... y hay cosas en las que habrá que desmentir. Se está diciendo por ejemplo que el cambio climático no existe, en los tiempos que corren; se está diciendo que la violencia de género no existe... pues habrá que desmentirlo. Estamos en una constante de auténticas barbaridades, se está negando el derecho al respeto que tienen las víctimas del franquismo, cuando en este país afortunadamente se fue consciente de forma bastante mayoritaria por el respeto a las víctimas de ETA, y debe haberlo. Debe haber un respeto máximo a las víctimas de ETA, pero hay que pedir también el mismo respeto a las víctimas del franquismo. No hay víctimas de distinto grado. Por ejemplo.
Esto está ocurriendo, y yo soy de los que piensan que nunca hubo tanta cantidad de contenido, tanta posibilidad de informarse, pero nunca hubo tanta gente desinformada. Porque en toda esa cantidad de contenido hay un montón también de desinformación, de bulos, de mentiras. Y está bien que haya una enorme cantidad de contenido, pero vamos a intentar también desmentir ese tipo de cosas.
En la presentación hablábais, decía Óscar Cornejo, que quizás los medios debemos adaptarnos más al estilo sencillo del lenguaje de los bulos.
Yo la forma de trabajar que tengo es la que me enseñaron en la radio: Iñaki Gabilondo tenía una máxima que era 'sujeto verbo predicado', y lenguaje claro, conciso y natural, “vivito” como decía él. Entonces yo intento expresarme de una forma clara, natural, cercana a la gente. No es algo que surja de forma espontánea, es algo trabajado. Yo soy un chaval de pueblo que hablaba como hablaba, y en la universidad y en la radio me enseñaron a intentar tener ese estilo más directo y es lo que intento practicar.
No siempre se consigue, pero hay estudios que dicen que cuando se trasladan bulos, se están trasladando por gente que sabe perfectamente que el bulo es atractivo: Y además despierta un interés: “Mira este, me está contando que hay no sé cuántos muertos, y nadie me lo cuenta, sólo él porque es el que se atreve”... no no, igual es porque es mentira. Por ejemplo, que ha pasado. El bulo es atractivo. Y dicho esto, aquí nadie somos perfectos, todos cometemos errores, no venimos a descubrir nada, sino a hacer un programa con esa humildad y esa vocación de servicio público, de trabajar y contar lo que hay.

Hablabas de cómo algunos esperan de ti que “digas lo que es verdad o mentira”. ¿Cómo llevas la otra etiqueta que se te ha puesto de que eres un portavoz “de la izquierda, el sanchismo, Podemos” o lo que sea? Más cuando llegas a un formato de una cadena pública, y cuando por ejemplo la cuenta en Twitter del programa fue eliminada sin haber empezado.
[Ríe] ¡Bueno, es verdad! Pensando en el equipo, y gracias por preguntar esto que se me estaba olvidando, es cierto que todavía no hemos empezado y nos han suspendido la cuenta en X. Que no sabemos por qué, y es muy llamativo, porque ha ocurrido así y no hemos hecho nada en la cuenta. Ni siquiera la he creado yo, que hay gente con el “Cintora, Cintora, Cintora”... como os estoy intentando explicar, hay un montón de personas detrás. La gente de redes ha visto cómo nos han tirado la cuenta sin haber empezado. Luego, trabajando en un reportaje el otro día una compañera, una reportera, por ir simplemente a hacer su trabajo que es preguntar y reflejar lo que estaba ocurriendo, la insultaron de una forma absolutamente condenable, agresiva, miserable por un energúmeno o varios. Y eso ocurrió, y simplemente porque iba alguien a preguntar en nombre de la televisión pública. Y es una persona que tiene su experiencia, que ha trabajado en medios diversos, a la que no se le ha pedido el carné, igual que a nadie a la hora de trabajar aquí.
Y luego respecto a mí, pues yo creo que ya... no sé cómo explicar, si es que lo he contado un montón... pues no sé, hay gente a la que le gusto más, gente a la que le gusto menos. Es ley de vida. Yo lo único que prometo es trabajo, que es lo que me enseñaron a hacer desde muy pequeñito en casa, en el pueblo, y es lo que no he dejado de hacer: trabajar un montonazo. Creo que he intentado digamos que “renacer” después de vaivenes profesionales vamos a llamar serios. Pero más serios los han sufrido otros, me acuerdo de mi amigo David Beriain, al que mataron en uno de los días en los que estaba en Las cosas claras y tuve que contar en directo como habían matado a mi amigo y compañero de universidad. Y el periodismo es eso, el periodismo es un montón de cosas.
Hay gente que de entrada, sin oírte, ya dice que no le gustas
¿Pero tú sientes que por esas etiquetas tienes que demostrar por qué estás por ejemplo aquí, en RTVE, para Malas lenguas?
Yo tengo que hacer mi trabajo, que es intentar conducir esto de la mejor manera posible, y ya está. Cuando salgo al directo no estoy pensando en el que me critica de una manera u otra, estoy pensando en que todo salga bien. Pienso en eso, y luego ya... pues todos sabemos como está todo... si se analiza mi trayectoria, se puede ver que me quitaron de programas en etapas de gobiernos distintos, y en momentos buenos. Esa es la realidad.
¿Dónde he trabajado? Pues he trabajado en la radio local, bastantes años en la Cadena SER, he estado en tertulias de 13tv, con Ana Rosa Quintana, he colaborado con medios tan variopintos como El Mundo en tiempos de Pedro J, y luego he estado en laSexta, en TVE... He estado en medios diversos, y no sé cómo explicar. Mis ideas no las voy a ocultar, son las que tengo, pero el programa que hicimos en la televisión pública en la etapa en la que estuvimos, se podía ver que había gente de sensibilidades políticas muy diversas, y fue un programa que tenía ese punto crítico. Si subía la luz se contaba, y si había que criticarlo, pues se criticaba; y había que ver la posición del Gobierno, de la oposición y de las eléctricas, y que entre el ciudadano y te cuente lo que le pasa porque sube la luz. Yo voy a intentar hacer eso, habrá gente que le gustará más o menos. Y hay gente que de entrada, sin oírte, ya dice que no le gustas.
A eso iba, por esa imagen y las etiquetas.
Pero eso es así, está montado así. No descubro nada tampoco. No sé cómo explicar... Es realidad de vida, está montado así, y hay gente que hasta te pone etiquetas.
Lo que es intolerable es cuando las líneas editoriales atacan al colectivo LGTBI, a las mujeres, ensalzan la dictadura, dicen que el cambio climático no existe... Eso ya no es una línea editorial, eso ya es mentir
Uno de los principales objetivos de este programa es comunicar con rigor. ¿Sigue existiendo un periodismo independiente y crítico?
Debe existir. Yo no niego que líneas editoriales hay en los medios de comunicación, y debe haberlas. Lo que es intolerable es cuando las líneas editoriales atacan al colectivo LGTBI, a las mujeres, ensalzan la dictadura, dicen que el cambio climático no existe... Eso ya no es una línea editorial, eso ya es mentir. Pero líneas editoriales tiene que haber, de izquierdas, de derechas, de centro; y gente que tiene una sensibilidad económica socialdemócrata, comunista, liberal. Y además hay que intentar que estén representados en una mesa. Yo lo he intentado hacer en los programas que hemos hecho.
Y luego periodismo crítico, es que hay periodismo de todo tipo. Tiene que haber periodismo rosa, periodismo deportivo, periodismo cultural... pero hasta en eso tiene que haber un punto crítico. A veces, pienso yo, intentan que tengamos miedo a contar determinadas cosas, a ser críticos, pero es lo que debemos ser. El periodismo al final es un pilar fundamental en cualquier democracia, tiene que contar lo que está mal. ¿Para qué? Pues no con un afán destructivo, sino para intentar que mejore, para intentar que tomen nota aquellos que tienen que intentar mejorarlo. A veces se dice “ser crítico es ser pesimista”, no, mentira, es ser enormemente optimista. Porque cuando tú señalas lo que está mal, estás teniendo un acto de atrevimiento por contarlo, pero también porque quieres que mejore. A veces intentan asociar crítico a pesimista, o a peligroso, o a incisivo... El periodismo de por sí tiene esa componente crítica.
¿Te preocupan las audiencias en La 2? Es una cadena que siempre ha sido cultural, y ahora va a tener un enfoque político.
He hecho programas diversos, y me han quitado de programas que iban maravillosamente bien. Esto ha ocurrido [ríe]. Tengo experiencias, y no una sino varias, en las que el programa iba muy bien de audiencia, y me quitaron. En este caso, digo con toda la humildad del mundo que vamos a un espacio de una cadena y de una franja en la que no hay costumbre de ver el contenido que vamos a hacer. Con lo cual pido esa paciencia de picar piedra. Hay gente que se cree que en Las mañanas de Cuatro siempre hacíamos doces y treces de audiencia, pero empezamos haciendo cinco y pico, o cuatro y pico. Miro atrás, porque yo era mucho más joven y venía de la radio, y no era muy consciente, pero fuimos creciendo de manera muy rápida. En este caso, La 2 es una cadena con índices de audiencia más bajos, pero para mí es una gozada poder hacer un programa aquí, y sinceramente no lo hago pensando en la audiencia, sino en hacerlo lo mejor posible para que lo vea la mayor gente posible. La idea es crecer, y ojalá nos lo permitan.
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