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Compras sin control de fármacos para adelgazar vía China o Gibraltar: “Si dejo de escribir es que me envenenaron”

Mounjaro

Guillermo Martínez

29 de junio de 2025 21:27 h

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En principio se trataba de un grupo de WhatsApp en el que unas 200 personas que consumen Mounjaro, un fármaco utilizado para adelgazar, compartían experiencias con el tratamiento y datos sobre cómo conseguirlo a mejor precio. Pero se convirtió en una vía para cometer estafas o comprar de forma irregular en China inyectables no permitidos para el uso humano. Esto es lo que ha denunciado la Asociación Nacional de Apoyo para Tratamiento de Obesidad (Anato) ante la Policía Nacional y la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS).

Mounjaro es una medicación “muy cara, ya que no tiene financiación pública, y que se puede encontrar en las farmacias”, explica el presidente de Anato, Manuel Martín. La dosis media necesaria para un mes de tratamiento, unos 15 miligramos, puede superar en España los 400 euros. “Se trata de un tratamiento de larga duración, incluso crónico”, detalla Fernando Vidal-Ostos de Lara, miembro del Área de Obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). Su principio activo es la tirzepatida, que actúa regulando el apetito, retrasando el vaciamiento gástrico y mejorando la sensibilidad a la insulina. “De esta forma se optimiza la regulación energética”, apunta Vidal-Ostos de Lara. El tratamiento consiste en una inyección semanal a través de una pluma que viene cargada con cuatro dosis.

“Tenemos que entender que la obesidad es una enfermedad crónica”, incide Martín para destacar que se trata de un desembolso de dinero importante –y constante– que muchos no pueden permitirse. De ahí que aparezcan 'oportunidades' como la de comprar el medicamento en Gibraltar, donde su precio ronda los 230 euros.

Las normas del grupo inciden en que está destinado “a personas que viven o se mueven entre Gibraltar, Reino Unido y España para compartir experiencias, resolver dudas y ayudarse mutuamente en el camino con Mounjaro”, tal y como ha podido comprobar este medio. En ese contexto, una usuaria que se sumó al grupo “se ganó la confianza de una persona mayor y le ofreció recoger la medicación en Gibraltar”, explica el presidente de Anato.

En la colonia británica, además, los productos sanitarios se pagan al encargarlos, no al recogerlos. De esta manera, la persona ahora denunciada por estafa acudió a recoger el encargo ya abonado a una farmacia de Gibraltar. “En cuanto eso sucedió, empezó a dar largas a la paciente, a la que dio un código de seguimiento que pronto se perdió, porque ese envío iba dirigido a un tercero. Suponemos que habrá revendido la medicación”, relata Martín. La mujer había pagado 510 euros a la farmacia gibraltareña por dos plumas de Mounjaro y 100 por bizum a la intermediaria que la engañó. Anato ha denunciado estos hechos ante la Policía Nacional, desde donde investigan lo sucedido.

El Ministerio de Sanidad recalca que la venta del Mounjaro “solo se puede hacer con prescripción médica y en oficinas de farmacia”. Desde la cartera liderada por Mónica García añaden a elDiario.es que “cualquier venta que se lleve a cabo de manera distinta es ilegal y entraña un riesgo para la ciudadanía porque no se puede garantizar su calidad, seguridad y eficacia”.

Atentado contra la salud pública

La misma persona involucrada en la compra irregular en Gibraltar ha creado nuevas comunidades en WhatsApp en las que también se ofrecen compras de fármacos en China. “Estamos viendo que la gente se está inyectando algo que ni siquiera sabemos qué es. Y tenemos constancia que al menos tres administradores de esa comunidad tienen relación con la presunta estafadora”, denuncia Martín.

Según sus sospechas, en esa comunidad online hay cientos de personas que podrían ser víctimas de un atentado contra la salud pública. Aunque a priori las normas recalcan que no se trata de un canal de compra-venta, sí se estaría facilitando la adquisición de péptidos inyectables como sustitutorios del Mounjaro.

Los péptidos son el principio activo de un medicamento únicamente orientado a la investigación científica y sin autorización para uso humano en España ni en la Unión Europea, explica Anato en la comunicación que envió sobre estos hechos a la AEMPS. De hecho, en las propias etiquetas de estos péptidos aparece esa advertencia, a la que muchas personas de la comunidad ahora denunciada hacen caso omiso. “Tenemos identificado un pedido de más de 3.000 euros a proveedores chinos”, detalla Martín.

Un viaje “enrevesado” para evitar aduanas

Los mensajes son bastante claros y las personas parecen saber a lo que se arriesgan. “Si dejo de escribir en el grupo es que me han envenenado”, llega a decir una de ellas.

Otros miembros de la comunidad recomiendan el consumo de estos péptidos, que “comprados a fuentes seguras en China salen muy baratos” aun cuando todavía no los han probado. “Tengo dos fuentes que venden bastantes y todas las cosas que les han hecho han salido buenas; yo cuando lo pruebe si queréis os cuento mi experiencia”, dice otro usuario. Este mismo integrante publica una fotografía de los viales y explica: “Son 30 dosis de 10 miligramos y me ha salido por 180 euros. Echad cuenta vosotros”. Otra persona pregunta si todavía no han llegado los productos, a lo que le responden que “hacen un viaje muy enrevesado para saltarse las aduanas”.

La AEMPS investiga estos hechos. El Ministerio de Sanidad señala que esta Agencia trabaja continuamente “con medios online, webs y páginas de compra venta para identificar estos anuncios y retirarlos”. Además, colabora con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, que son los responsables de llevar a cabo las operaciones de incautación y detención de tráfico de medicamentos ilegales, “para tomar las medidas necesarias”.

Un peligro para la salud

Fernando Vidal-Ostos de Lara, el miembro del Área de Obesidad de la SEEN, alerta de que la utilización de productos no regulados para la pérdida de peso puede implicar riesgos significativos para la salud. “Estos productos pueden contener sustancias no declaradas, dosis inadecuadas, lo que incrementa la probabilidad de efectos adversos graves, como toxicidad, reacciones alérgicas o infecciones”, subraya. Además, su eficacia clínica no está garantizada, lo que compromete la seguridad del paciente y los resultados del tratamiento. Por ello, es fundamental optar por intervenciones basadas en la evidencia científica y supervisión médica, asegura.

Este especialista recuerda que el tratamiento de la obesidad se integra dentro de un enfoque multidisciplinar e individualizado. “Una intervención nutricional, acompañada de actividad física programada debe ser el pilar fundamental del tratamiento del exceso de peso, acompañado de apoyo psicológico si fuera necesario”, añade. Solo cuando estas medidas son ineficaces se plantearía el tratamiento farmacológico o la cirugía bariátrica. “La coordinación entre profesionales de distintas áreas es esencial para una atención eficaz y sostenida a largo plazo. Establecer hábitos de vida saludables y sostenibles es un factor clave para el mantenimiento del peso perdido de los pacientes”, finalizan desde la SEEN.

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