Familias del Ramiro de Maeztu denuncian que el Gobierno de Ayuso aprovecha una obra para eliminar aulas del centro

No hay respiro para las familias del colegio y el instituto Ramiro de Maeztu, referente de la educación madrileña y uno de los dos únicos centros públicos del distrito de Chamartín. Después de que la oposición al proyecto evitase instalar la escuela europea dentro de sus instalaciones, como planeaba el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso pese a que ello implicase disminuir la capacidad del recinto, ahora es una obra a priori consensuada la que inquieta a madres, padres y alumnado.
Todo se remonta a Filomena, cuando a comienzos de 2021 la tormenta provocó el derrumbe de La Nevera, un pabellón deportivo que utilizan incluso canteranos del Estudiantes. Las obras de reconstrucción, en las que el Ejecutivo regional invierte más de 4 millones de euros, eran consideradas imprescindibles por la dirección del centro y las familias. Sin embargo, la iniciativa que plantea la Consejería de Educación implica suprimir ocho aulas, seis espacios departamentales, dos despachos de conserjes, uno de jefatura y cuatro murales pictóricos protegidos colocado en el departamento de Matemáticas.
Mario Cordero es padre de una niña que el próximo curso entrará en el instituto, mientras que su segundo hijo lo hará en unos años. Formado en arquitectura y urbanismo, así como especializado en la gestión de licencias urbanísticas, es uno de los progenitores más visibles en la defensa de las dotaciones actuales del Ramiro de Maeztu (del que también fue estudiante). “Nos hemos enterado cuando el jefe de obras ha avisado de desalojar salas el 30 de junio. Hemos visto el proyecto en el portal de contratatación, la dirección no sabía nada y les dijeron que no tocarían los departamentos”, explica en conversación con Somos Madrid.
“En la reconstrucción han ocultado una reforma del instituto que reduce aulas y elimina departamentos. Hay clases que van a quedar inservibles por los lugares que van a atravesar ciertos pasillos. Lo que vemos es que reducen plazas en el instituto sin motivo, y eso que ya tiene una lista de espera brutal de gente que queda fuera”, cuenta Mario. Lo ejemplifica al hablar de las últimas jornadas de puertas abiertas: “Son una vergüenza, la propia dirección ya dice que es casi imposible entrar y solo dan tres plazas para centros no adscritos. Han encontrado la forma ideal de reducir plazas en un arreglo demandado por familias y por el club de estudiantes, para que parezca que si nos oponemos es porque no queremos La Nevera”.
Murales históricos amenazados
Mario alerta asimismo sobre la pérdida patrimonial que supone la actuación planificada sobre los muraesl: “El más grande de los conservados data de los años cuarenta y se cargan muebles con un alto valor histórico en este y otros departamentos. El de matemáticas se conserva hoy igual que en 1946, con sus cuatro pinturas en las paredes, y lo van a demoler todo para hacer escaleras”. Otras fuentes consultadas por este periódico profundizan en la cuestión: “Son cuatro murales que comparten temática, por lo que lo suyo es que sigan juntos. Pretenden dividir ese espacio y quedarían dos de ellos en los extremos enfrentados de un aula (lo que hace imposible su uso como tal, por no poder poner ni pizarra)”.
“Otro se sitúa en un aula de desdoble con apenas 3 metros de ancho, con el riesgo que supone para su conservación tanto por la cantidad de alumnos que habría como por la dificultad de uso que genera esa colocación (y la pérdida de visión completa de él por estar en un espacio tan estrecho). El último se lleva la peor parte: en ese lugar habrá un hueco en el suelo porque pasará a ser escalera de emergencia”, completan. “Aunque no se esperaba mucho de la rehabilitación por el poco presupuesto, nunca se habló de destrucción de patrimonio ni reducción de aulas. Ha sido una ocultación manifiesta y un engaño”, afirma Mario.


El proyecto recibió el visto bueno de la Comision Local de Patrimonio Historico, dependiente del Ejecutivo autonómico, donde está presente (con voz pero sin voto) un representante del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid que ha trasladado a las familias las divergencias entre lo presentado y la ejecución que finalmente se plantea. Mario admite las dificultades de la actuación, pero arremete contra la actitud del equipo de Ayuso: “Ese edificio tiene una carencia importante de accesibilidad. Al ser Bien de Interés Cultural no se puede hacer demasiado, pero desde luego derribar una parte no es la solución... Como siempre la Comunidad de Madrid mezcla todo para confundir”.

Este periódico ha consultado a la Consejería de Educación del Gobierno autonómico para conocer su postura sobre la reforma y más pormenores de ella, aunque el organismo se remite a la información al respecto difundida a los medios en febrero: “El proyecto plantea levantar el nuevo pabellón y un aula específica como edificio independiente del resto del centro educativo, con el que se conectará mediante una pasarela en la zona de Secundaria. Esto permitirá una separación rigurosa de los circuitos para dividir el acceso de los alumnos y el de los jóvenes del club deportivo. Los trabajos consisten en la construcción de un recinto con un volumen similar al antiguo, aunque con ocupación menor. Además, se mejorará la accesibilidad tanto en el interior del edificio de Secundaria existente como en el espacio exterior”.
No se esperaba mucho de la rehabilitación por el poco presupuesto, pero nunca se habló de destrucción de patrimonio ni reducción de aulas. Ha sido una ocultación manifiesta y un engaño
Mario y otras familias temen que al Ramiro de Maeztu le espere el mismo destino que al colegio Nicolás Salmerón: “Llegó a contar con más de 400 plazas y empezaron a reducir. En 2012 solo quedaban 94, dijeron que no era rentable y lo cerraron”. Este padre lamenta que “ya solo quedan dos institutos públicos en todo Chamartín y ahora ya no buscan ni la concertada, solo la privada”.
Desde su punto de vista, “es la misma estrategia que hacen con los campamentos, donde ahora se han abierto las ayudas a todos los centros educativos y no solo los privados”. Cita también el caso del colegio privado de alto standing en el Instituto Homeopático de Chamberí, que mantiene su actividad pese a iniciarla sin licencia. “La escuela europea buscaba eliminar el colegio y su principal financiación. Ahora lo intentan de otra manera”, sentencia.
Este progenitor adelante que la administración les tendrá delante: “Tenemos la suerte de que seguimos contando con la organización creada frente a la escuela europea, que unió a la comunidad educativa. Colegio e instituto nos cohesionamos para luchar. De momento nadie de la Consejería nos ha hablado, las cosas han pasado someramente por el consejo escolar sin que se detallese nada y escondiendo cosas. La rehabilitación aecta al plan general y anual del instituto, así que la Comunidad debería informarnos. Creemos que vamos a chocar contra el mismo muro, pero nos queda la movilización y la defensa ciudadana.
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