Temporada alta de despedidas de soltero: la Laurel se debate entre la tradición y el desmadre

Despedida de soltero en Logroño

Ester Fernández García

1 de junio de 2025 20:37 h

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Las calles gastronómicas de Logroño, especialmente la calle Laurel, se convierten cada fin de semana en el epicentro del turismo de la ciudad y también de las despedidas de soltera, que en los meses previos al verano viven su temporada alta. La ciudad de Logroño se ha convertido en los últimos años en uno de los destinos favoritos para este tipo de “turismo de borrachera” para el vecindario y “turismo familiar y deportivo”, para el concejal Miguel Sainz, tal y como declaró en el último pleno municipal.

El vecindario ha compartido en los últimos días vídeos de grupos de despedidas de solteros que copan las calles e impiden el paso, que cantan a gritos o consumen alcohol en las calles después de la madrugada. Denuncian con estas imágenes comportamientos incívicos en el espacio público de la ciudad. “Este tipo de turismo es destructivo de la habitabilidad del barrio, el casco antiguo se ha convertido en un recinto ferial de la despedida de soltero”, advierte Iratxe Apeztegia, presidenta de la asociación vecinal Demanda Casco Antiguo.

Aunque aseguran que los problemas con las despedidas de soltero llevan más de diez años, se han intensificado tras la pandemia, al igual que los pisos turísticos o el ruido. De hecho, desde hace años muchos locales de la calle Laurel tienen colgado un cartel en la puerta que indica “No se atiende a despedidas de soltero”. El vecindario prefiere no valorar cómo la hotelería favorece o no este tipo de ocio: “Hay quienes participan de ello y quienes no están de acuerdo con este tipo de turismo, es una cuestión privada de cada negocio”.

La política municipal actual sobre la masificación en el casco antiguo es entre inexistente y negligente

Vecindario del Casco Antiguo de Logroño

Lo que sí piden es un compromiso del Ayuntamiento de Logroño con la habitabilidad en el barrio, ya que, dicen “la política actual es entre inexistente y negligente”. Desde el vecindario, denuncian que “no haya una política urbana que consiga apaciguar un poco la vida en el barrio”. En este sentido, reclaman mayor control y regulación y proponen medidas como la solicitud de licencias al Ayuntamiento por parte de las empresas organizadoras, informar de los itinerarios a la Policía Local o aportar un teléfono de una persona responsable.

Por su parte, el Ayuntamiento de Logroño prefieren no hacer valoraciones y se remiten a la Policía Local, que recuerda que la ordenanza de convivencia cuenta con un artículo específico sobre las despedidas de soletero, que recoge: “Se prohíbe transitar o permanecer en los espacios públicos y/o vías públicas con atuendos que no cubran los órganos genitales, salvo que medie autorización. Quedan prohibidos igualmente los comportamientos y actitudes realizados por grupos de personas que, con motivo de despedidas de soltero/a u otras celebraciones, provoquen la alteración de la convivencia ciudadana o el orden público”. En este sentido, explican que en los dispositivos se vigilan y sancionan los incumplimientos de las ordenanzas, si bien no hay datos específicos de cuántas sanciones corresponde a las despedidas.

El 90% de las despedidas de soltero en Logroño tienen comportamientos cívicos

Ricardo García Presidente de los hosteleros de la calle Laurel

El presidente de los hosteleros de la calle Laurel, Ricardo García, coincide que no es una situación nueva, “lleva ya veinte años pasando”. Pero asegura con rotundidad: “Admitimos todas las despedidas mientras el comportamiento sea cívico y normal, y el 90% lo son”. Aunque pone en valor la ordenanza municipal “pionera que se ha copiado después en otras ciudades”, señala “mientras haya comportamiento en los establecimientos, lo que ocurra en la calle corresponde al Ayuntamiento, no podemos hacer nada”.

Cree que esta fórmula de turismo es positiva para la economía de la calle, “porque mayo es mes malo por las comuniones”, apunta García y “porque muchas personas conocen la calle y vuelven después con sus familias”. Además, defiende que es totalmente compatible con la clientela de vecinos de la ciudad: “cada día viene más gente joven de Logroño en la calle Laurel, tenemos un cambio generacional”. “Hay que saber convivir”, reclama.

Ricardo García insiste en que no se producen altercados en la calle: “Todos los sábados estamos con la calle a reventar, sin policía como en otros eventos de masas y no hay ningún problema”. García defiende que se han erradicado los disfraces obscenos o los altavoces que se veían hace años y, según apunta, “la gente alucina del buen comportamiento que hay en Logroño en las despedidas”. Y resume finalmente, “mientras la gente venga y se sepa comportar, no vemos mayor problema”.

Por su parte, los vecinos y vecinas del Casco Antiguo denuncian las molestias de las despedidas de soltero, pero advierten que es “la punta del iceberg, el show” de un problema mayor, la “masificación turística”, apunta la presidenta de la asociación vecinal. Un problema que extiende más allá de las zonas de Laurel o San Juan a todo el barrio y que no solo padece el vecindario, sino “todos los logroñeses que no pueden disfrutar de estas zonas”, advierten. “Estamos ante un turismo insostenible en un barrio que, aunque parezca que no, sigue siendo residencial”.

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