Dirigentes vascas reflexionan sobre la política para las mujeres: “Las cuotas no sacrifican el mérito”

¿Por qué las mujeres abandonan la política? ¿Son suficientes las medidas de conciliación? ¿Cuando llegan a las instituciones desaparece la desigualdad? ¿Por qué las mujeres tienen más dificultades a la hora de acceder a los encuentros informales en el que también se gestan gran parte de los acuerdos y relaciones? Sobre estas cuestiones han reflexionado, por un lado, la diputada General de Bizkaia, Elixabete Etxanobe (PNV), la alcaldesa de Azpeitia, Nagore Alkorta (EH Bildu) y la presidenta del PSE-EE y teniente de diputado general de Álava, Cristina González, y por otro, Maitane Ipiñazar (parlamentaria del PNV y 'número dos' del Euzkadi Buru Batzar), y Edurne Benito del Valle (EH Bildu) y a la concejala de Igualdad del Ayuntamiento de Donostia, Ane Oyarbide (PSE-EE) en el seminario organizado por el Instituto Vasco de la Mujer (Emakunde) centrado en la representación sustantiva de las mujeres en política, bajo el título ‘¿Cómo es la política para ellas?’.
Cada una de ellas ha narrado su recorrido tanto en la militancia como en la política institucional, así como las barreras que han tenido que superar. Cada una con una historia distinta, pero con las mismas dificultades por el hecho de ser mujeres. “Recuerdo que cuando dije en mi entorno que quería presentarme a alcaldesa de Azpeitia, me dijeron que qué necesidad tenía. Una vez logré el puesto de alcaldesa, me ha llegado a pasar con vecinos, sobre todo mayores, que entran al Ayuntamiento para reunirse con el alcalde y no saben que hay una mujer alcaldesa”, ha contado a modo de anécdota Nagore Alkorta, que se convirtió en 2019 en primera alcaldesa de Azpeitia.
La diputada general de Bizkaia, también la primera mujer en ocupar dicho puesto, ha reconocido que no se siente cómoda cuando hablan de “liderazgo femenino”, ya que, según ha apuntado “el liderazgo empático es un cliché y cada mujer tiene su estilo propio”. Sin embargo, no tiene ningún reparo en confesar las tensiones entre la carrera y la conciliación familiar. “Es complicado. La política es súper vocacional, tienes que creer en lo que haces, el proyecto que tienes, en tu equipo. Implica un montón de renuncias personales. Pequeñas renuncias como partes de la vida familiar o de ver a tu madre. Para mantenerse en la política la ambición es necesaria, pero también son necesarios los referentes. En 2023 ha sido la primera vez que una mujer ha ocupado el puesto de diputada general de Bizkaia. Es imposible cambiar las cosas si no estamos, elegimos y confiamos entre nosotras. Los hombres a veces confían en nosotras, pero otras no. Nosotras somos empáticas con mujeres y con hombres, algo que ellos no hacen”, ha señalado.
Preguntadas por si alguna vez se han planteado dejar la política, Etxanobe y Benito del Valle han reconocido que no, mientras que Cristina González, actual presidenta del PSE-EE y también la primera mujer en ocupar ese puesto, ha contado cómo tomó la decisión de abandonar el cargo de secretaria general del PSE-EE de Álava hace unos meses. “Yo creo que la política no se abandona nunca, puedes estar en un puesto de responsabilidad o no, pero la política la vas a seguir de cerca. En mi caso dejé la secretaria general de Álava hace un año, aunque me decían que siguiera. Entré en el año 2014 en una situación complicada. Todo ha ido bien y yo considero que las cosas hay que arreglarlas y hacerte a un lado. No lo hice por falta de fuerzas, pero considero que nosotras [las mujeres] quizás miramos mucho más en el conjunto, menos en el ego personal y disfrutamos de la vida de otra forma. Para muchos hombres el trabajo es su vida y para nosotras aunque la política te descuenta mucho tiempo, somos diferentes, sabemos cómo disfrutar y sacar esos momentos. He dado un paso atrás porque consideraba que la situación debía cambiar, no puedes pretender estar tú en un cargo toda la vida”, ha destacado.
Tras ellas, la segunda mesa, compuesta por Maitane Ipiñazar, Edurne Benito del Valle y Ane Oyarbide han valorado la política desde el punto de vista de ser mujer y joven, puesto que las tres son menores de 40 años. Para Ipiñazar, una de las mayores dificultades reside en la dificultad de conciliar. “En mi caso personal, tengo una hija de un año. Me paso el día analizando cómo puedo verla durante el día antes de que se quede dormida. En política no tenemos horarios, por lo que intento imponerme a mí misma medidas de conciliación”, ha reconocido.

En este sentido, Oyarbide, madre también de dos hijas, sostiene que a pesar de que le encanta su trabajo y tiene ambición por mantenerse donde está, los sacrificios que realiza cada día son muy grandes. “Dejo a mis hijas en el cole a primera hora de la mañana y después la ama no existe. Ya veremos si llega o a qué hora puede llegar. Pero lo que más me molesta es que mi marido es un héroe. Es quien se encarga de las niñas, quien las lleva al parque, quien está en todos los grupos y habla con el resto de padres. Yo ni siquiera sé quién es el padre de Fulanito. Yo soy una pésima madre, una persona malísima”, ha comentado tratando de esconder bajo una broma una realidad que viven la gran parte de las madres trabajadoras.
Preguntadas, al igual que a las anteriores, si alguna vez han pensado en dejar la política, cada una de ellas ha reaccionado de manera diferente. Ipiñazar ha apuntado que esa pregunta “jamás” se le haría a un hombre. Oyarbide ha confesado que ella entró en política porque era “mujer, joven y normativa” y que fue elegida por un hombre, por lo que asegura que “las mujeres en puestos decisivos son necesarias”. Por último, Benito del Valle ha considerado que en la militancia “hay más mujeres que hombres, pero al saltar a las instituciones la masculinidad tóxica da pereza”, por lo que ha abogado por una “gobernanza feminista”.
Antes que ellas, Jennifer Piscopo, profesora titular de Género y Política en la Universidad de Londres y directora del Instituto de Género del Royal Holloway y Nuria Varela, escritora y periodista han reflexionado sobre la falta de la paridad de género en las instituciones. “Las mujeres que consiguen traspasar las barreras y llegar a las instituciones, una vez dentro no son consideradas en todas las comisiones, la mayoría se dedican a las áreas feminizadas, que son consideradas menos prestigiosas. En las reuniones fuera del espacio político, las informales, las mujeres no son invitadas y los Parlamentos están diseñados por y para hombres, en algunos como en el Senado brasileño no ha habido baño de mujeres hasta el 2016, por ejemplo”, ha explicado Piscopo.
A modo de solución para este tipo de situaciones Piscopo aboga la defensa de las cuotas para lograr una paridad de género y adoptar medidas con perspectiva de género y códigos de conducta dentro de los partidos que promuevan la igualdad. “Hay voces críticas que dicen que las cuotas sacrifican el mérito, pero eso está desmentido con datos y estudios que comparan carreras de hombres y mujeres. Dichas investigaciones concluyen que las mujeres no están menos cualificadas que los hombres y que las mujeres que llegan a la política están más cualificadas, porque se exigen -y se les exige- mucho más”, ha concluido.
Por su parte, Nuria Varela, autora de libros como 'El Síndrome Borgen. Por qué las Mujeres Abandonan la Política', ha reconocido que la situación está “empeorando pese a que se cree que se va en avance”. “Estamos viviendo un proceso de desdemocratización. ¿Soluciones? Un buen análisis y apartarse de los marcos conceptuales patriarcales”, ha explicado. Según recalca, es un error considerar que todas las mujeres son iguales. “Las mujeres somos distintas, no somos idénticas. Las mujeres somos bien distintas, el problema es cuando con esas diferencias generamos desigualdades. La política absorbe a las mujeres y las expulsa. Mientras los hombres, no se va ninguno. Es un error creer que cada vez estamos más empoderadas. En 2023, había 36 mujeres al frente de los Gobiernos de países en el mundo, en 2024 ya eran 28 y en 2025 solo había 25 mujeres al frente de Gobiernos. Parece que tenemos un montón de alcaldesas y de presidentas de comunidades autónomas pero no. Las mujeres que están abandonando la política y lo hacen sin grandes escándalos que manchen su carrera y les obliguen a abandonar por ello”, ha reconocido.

Otra de las cuestiones que ha abordado Varela es el hecho de que no todas las mujeres son feministas. “Eso de que todo el mundo es feminista es falso. El feminismo sigue siendo pequeño y una vanguardia”, ha recalcado. También se ha mostrado contraria a esas afirmaciones que aseguran que, por ejemplo, subir el salario mínimo interprofesional es una medida feminista. “Se trata de una buena política con impacto de género, porque la mayoría de quienes cobran el SMI son mujeres, pero no es una política feminista, feminista hubiera sido evitar que las mujeres sean la mayoría de las que cobran el SMI. Hay políticas que son democracia pura y no feminismo. Lo digo porque se está bajando la exigencia feminista”, sostiene la escritora, que también ha reflexionado sobre la presión por el cuerpo de las mujeres en política no solo teniendo en cuenta el físico, sino también el ciclo vital en el que se encuentran, ya sea el embarazo, la maternidad o la menopausia.
Durante el seminario también han intervenido el lehendakari Imanol Pradales y la directora de Emakunde, Miren Elgarresta, que han querido poner el valor el papel de las mujeres pioneras en la política vasca. En este sentido, el lehendakari ha hecho referencia a los avances en representatividad de las mujeres desde que se constituyó el Parlamento Vasco hace 45 años (con 4 mujeres y 56 hombres), hasta la actualidad, donde más de la mitad de los escaños están ocupados por mujeres. Si bien, ha recordado que los números no muestran la foto completa. “Las mujeres seguís teniendo dificultades para acceder a puestos de decisión, y aún debemos superar muchas barreras instaladas en nuestro subconsciente social, porque se os exige más y vuestra ambición está más penalizada”, ha recordado para después apelar “a la responsabilidad” de los hombres en la lucha por la igualdad también en la política.
Por último, la directora de Emakunde, Miren Elgarresta, ha agradecido el compromiso de las mujeres que ocupan puestos en centros de decisión política y, en particular, a las pioneras que abrieron camino. “Hay una generación de mujeres que se enfrentaron a entornos más masculinizados aún que los de hoy y cuya aportación ha sido muy valiosa. Por eso es importante crear redes de intercambio, formación y empoderamiento colectivo entre mujeres electas, alcaldesas, concejalas, diputadas porque se enfrentan en muchas ocasiones a situaciones similares por el hecho de ser mujeres”, ha concluido.
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