CRÓNICA
Cómo ocupar “el centro de una organización vinculada al narcotráfico” sin estar imputado ni ser sospechoso

El periódico El Mundo maneja a la perfección las cloacas policiales. Por eso tiene credenciales de sobra para que sus lectores crean que cuando habla de la Policía o de sus acciones (las legales y las ilegales) todos crean que lo que cuenta es fetén. Lo hace con tal maestría, que las víctimas de sus infundios tienen poco margen para las acciones penales o las civiles de protección al honor. Apoyándose en cualquier documento, da igual su procedencia, sus periodistas “de investigación” montan con tal mimo una historia casi siempre escandalosa que descartan cualquier posibilidad de que el más mínimo contraste con las personas mencionadas, implicadas o las víctimas puedan joderle el apoteósico titular con que la presentan. Por eso no llaman a nadie para contrastar, lo cual está absolutamente contrastado en todos los casos.
Acabamos de asistir a una escandalera de ese tipo con los famosos mensajes de WhatsApp entre Pedro Sánchez y José Luis Ábalos, conseguidos vaya a usted a saber de qué manera, que fueron presentados ante sus fanatizados lectores (y medios colaterales) como si acabaran de descubrir el caso más enorme de corrupción desde la muerte de Franco.
Lo volvió a hacer ese periódico este lunes. Y esta vez le tocó a un político canario, el vicepresidente segundo del Parlamento regional, Gustavo Matos, del PSOE. Nadie en la redacción de El Mundo sabe quién es Matos, ni les importa su trayectoria política o profesional, si está casado, si tiene hijos o si su reputación está o ha estado alguna vez en cuarentena. Lo que le importa a El Mundo y a sus propietarios es atacar a Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, al que, en una operación que cada día adquiere más tufo golpista, hay que echar como sea. Y como resulta que Gustavo Matos lo apoyó en las primarias del PSOE de 2014, e incluso se le ve sentado a su lado en un avión de Binter (de los que hacen los vuelos interinsulares canarios, dicho sea para cualquier lector peninsular accidental), automáticamente es un sospechoso colateral que debe cargar con las consecuencias.
De Gustavo Matos, el periódico que dirige Joaquín Manso, dijo este lunes lo siguiente: “La Policía Nacional ha situado en el centro de una organización vinculada al narcotráfico al ex presidente y actual vicepresidente segundo del Parlamento de Canarias, el socialista Gustavo Matos. Un informe de Asuntos Internos al que ha tenido acceso El Mundo considera que Matos medió entre la cúpula criminal y la Delegación del Gobierno para frenar las inspecciones en los clubes cannábicos del sur de Tenerife que operaban, según los investigadores, como tapaderas en el tráfico de cocaína y heroína a todas horas”.
Es decir, el vicepresidente segundo del Parlamento de Canarias forma parte del núcleo de una banda mafiosa dedicada al narcotráfico. Su cometido, siempre según El Mundo, sería “frenar las inspecciones en los clubs cannábicos” que hacían de tapadera de esa organización.
Todo lo que tiene El Mundo para llegar a esa conclusión es un supuesto informe de asuntos internos de la Policía Nacional en la que el funcionario redactor, basándose en una conversación sostenida entre el político y el detenido Mohamed Derbah, investigado por narcotráfico, concluye que Matos intercedió ante el subdelegado del Gobierno en Santa Cruz de Tenerife para transmitirle una denuncia por mala praxis policial en las inspecciones o registros de los clubes cannábicos de Derbah.
Lo primero que llama la atención es que la Policía tenga en su poder la transcripción de una conversación entre el político, el empresario y el abogado de éste en la cafetería de El Corte Inglés de Santa Cruz de Tenerife. No se trata de una conversación telefónica intervenida en el marco de una operación judicial de investigación, sino de la grabación de la conversación. La tesis más razonable es que esa conversación la grabó el empresario o su abogado, y al ser intervenidos sus dispositivos telefónicos y consecuentemente descargados, apareció en sus memorias.
Matos no está aforado
Lo segundo que llama la atención es que el diario madrileño afirme con tanta rotundidad que Matos está en el centro de una mafia delictiva y no haya sido inmediatamente detenido o llamado a declarar como investigado, teniendo en cuenta que la conversación objeto del escándalo se celebró en enero y el empresario libanés fue detenido a finales de abril. Al contrario de lo que ocurre en el resto de las comunidades autónomas españolas, desde noviembre de 2018, con la reforma del Estatuto de Autonomía de Canarias, ninguna autoridad autonómica, ni gubernamental ni parlamentaria está protegida por aforamiento alguno. Por lo tanto, el juez instructor no tendría por qué remitir la causa al Tribunal Superior de Justicia de Canarias en el supuesto caso de querer investigar a Matos o a cualquier otro cargo público autonómico.
Es evidente que la reunión de Matos con ese empresario tan conflictivo (ahora presunto delincuente) fue una imprudencia del político, que siempre debe cuidar con quién se reúne y para qué. Pero él mismo lo aclaró este martes en la rueda de prensa que ofreció en el Parlamento canario: quién en Tenerife no conoce a Mohamed Derbah, que presume (con razón) de ser un gran relaciones públicas.
De esa conversación en poder de la Policía, seguramente del juzgado de instrucción y del periódico El Mundo, se deduce claramente que Matos quiere quedar bien. Y, según su versión de este martes, cumple con su compromiso y comenta con el subdelegado del Gobierno lo que el empresario libanés le ha contado: que la Policía en el sur de la isla estaba actuando de manera poco menos que sospechosa.
En la Delegación del Gobierno en Canarias están convencidos de que “no hay caso”, según han dicho a este periódico. Porque si es cierto que Matos trasladó esas inquietudes de Derbah, lo cierto es que no se tradujeron en ningún tipo de medidas que pudieran traducirse en una relajación de las investigaciones sobre el sospechoso y su banda, o sobre las operaciones que pudieran desarrollarse en sus clubes cannábicos.
En una decisión que no ha sido acogida con igual satisfacción dentro del Partido Socialista en Canarias, su secretaria de Organización, Nira Fierro, acordó este martes por la tarde abrir un expediente informativo para conocer los pormenores de este asunto y permitir a Matos ejercer su derecho a la defensa. Ha sido una decisión, dijo Fierro a este periódico, tomada de común acuerdo con la Ejecutiva Federal, es decir, con su homólogo Santos Cerdán. En el PSOE esperan que la información distribuida por Europa Press citando fuentes policiales que negaban cualquier sospecha sobre Gustavo Matos tenga una confirmación más contundente.
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