La triste excepción de la pobreza infantil

Empezamos con una buena noticia. Relativamente buena, digamos: la pobreza en España ha caído por debajo del 20% por primera vez desde 2008, el año que empezó la gran recesión, según la encuesta sobre Condiciones de Vida que publica cada año el Instituto Nacional de Estadística. 

La letra pequeña de los datos, sin embargo, revela una triste excepción. La pobreza infantil no sigue la misma senda; todo lo contrario, continúa en ascenso. Del 28,9% al 29,2%. Da igual que haya crecimiento económico, que llueve o que truene, “los niños y niñas siguen siendo los grandes perdedores”, lamentaban al conocer los datos en Unicef.

Entonces nos echamos las manos a la cabeza y nos preguntamos que cómo puede ser. 

A partir de esto, varias consideraciones. Por un lado, el agujero que provoca pagar el alquiler es cada vez más hondo y oscuro. No explica todo, pero sí una parte de por qué la cifra de pobreza se mantiene tan escandalosamente alta, según se puede desprender de los datos publicados esta semana. Aquí te dejo unos gráficos para entender mucho mejor esto que te cuento. Los retrasos en los pagos de la vivienda son mayores en familias con hijos e hijas. 

Si vives el día a día cogida con pinzas, pagar la mensualidad te hace cruzar la línea de la pobreza. Un informe de hace un año dice que uno de cada cuatro niños vive en un hogar con problemas para asumir el alquiler. Y ser pobre, hablando mal y pronto, no es inocuo para la salud, ya lo sabemos. Por eso las cifras tenían que estar en este boletín.

Hay decenas de estudios que vinculan una renta baja con más obesidad (la comida ultraprocesada es mucho más barata que los alimentos frescos), más ingresos en los hospitales, peor salud mental, más consumo de fármacos... La lista podría ser mucho más larga. No te cuento si vives con tus padres y tus hermanos en una única habitación o si tu casa no tiene luz natural. 

¿Soluciones? Las organizaciones de infancia están cansadas de pedir una prestación universal por hijo, que sea para todos y no dependa del nivel de renta. Esto, aunque pueda parecer que no, tiene sentido: existe en 20 de los 27 países de la Unión Europea y es la manera de llegar con más eficacia a los hogares más pobres. En este artículo te lo explico con más detalle si te apetece ahondar un poco más.

Sin embargo, la cosa no termina de arrancar pese a que es un compromiso de mandato de Sumar y que el Ministerio de Derechos Sociales lleva meses pico y pala haciendo pedagogía. ¿Se conseguirá antes de que acabe la legislatura?

Mientras estabas a otras cosas...

Dos cosas buenas

Tenemos el primer plan nacional para la prevención del suicidio. Se aprobó este viernes en el Ministerio de Sanidad con el apoyo de todas las comunidades. En 2024 se quitaron la vida 3.952 personas en España y hay serias dificultades para abordar el problema: a las instituciones les falta mucha información para tomar medidas contra la conducta suicida, no existe en ocasiones la continuidad en la atención que necesitan las personas en esta situación –tampoco para los familiares y amigos– y flaquea la coordinación entre recursos. A todo esto quiere meterle mano el nuevo plan con medidas que van a tener que ser puestas en marcha por las comunidades autónomas y necesitarán financiación. 

Otra cosa que rescato de esta semana es la reforma de las leyes de dependencia y discapacidad. Mejor dicho, el primer paso para modificarlas porque de momento solo se ha aprobado un anteproyecto de ley en el Consejo de Ministros. Tal y como está la aritmética parlamentaria, a saber. La reforma tiene muchos artículos que hemos resumido aquí. Ojo, el Ministerio de Derechos Sociales reconoce que esto no es la varita mágica para solucionar las listas de espera y la precariedad de algunas prestaciones.

Nos seguimos contando la semana que viene. Gracias por llegar hasta el final. 

Sofía