Los países de la OMS adoptan un histórico acuerdo de pandemias: “Es una victoria para la salud pública”

Los estados miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) han refrendado este martes el primer Acuerdo Mundial sobre Pandemias. El tratado se ha adoptado por unanimidad –con 124 votos a favor y 11 abstenciones, entre ellas de Italia o Eslovaquia– tras tres años de arduas negociaciones marcadas por la tensión geopolítica en un mundo que ha cambiado mucho. Estados Unidos empezó formando parte de las conversaciones pero con el inicio del mandato de Donald Trump las abandonó. El proceso, además, culmina en un momento crítico para la organización de gobernanza de la salud global: mientras se celebra una decisión histórica, está pendiente de concretarse el despido de parte del personal como consecuencia del recorte de financiación norteamericana anunciado a principios de año.
“El acuerdo es una victoria para la salud pública, la ciencia y la acción multilateral. Garantizará que, colectivamente, podamos proteger mejor al mundo de futuras amenazas pandémicas. El mundo es un lugar más seguro hoy gracias al liderazgo, la colaboración y el compromiso de nuestros estados miembros”, ha dicho el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus tras la histórica decisión adoptada la Asamblea Mundial de la Salud.
El tratado establece los principios e instrumentos para mejorar la coordinación internacional y ofrecer una respuesta global más equitativa ante una futura pandemia de manera que no se repitan –o al menos no en tal grado– las desigualdades en el acceso a las vacunas, diagnósticos y tratamientos contra el SARS-CoV-2. Teodoro Herbosa, secretario del Departamento de Salud de Filipinas y presidente de la Asamblea Mundial de la Salud de este año, que ha presidido la adopción del acuerdo, ha urgido a los países a actuar con celeridad “para aplicar sus elementos críticos, incluidos los sistemas que garanticen un acceso equitativo a los productos sanitarios relacionados con la pandemia que salvan vidas”.
Un anexo por acordar
Los países aún tienen trabajo por delante: ahora comienza un periodo de tiempo para negociar un anexo crítico dentro del acuerdo para crear un sistema multilateral de acceso a patógenos y reparto de beneficios (PABS, por sus siglas en inglés). Este mecanismo marca que los países que detecten virus con potencial pandémicos tendrán que compartir la información disponible (en forma de muestras y secuenciación genética) y a cambio reciben beneficios en forma de donaciones o productos a precio asequible.
“Los países de ingresos bajos comparten la información sobre estos patógenos y, sin embargo, no tienen acceso a las vacunas que se crean gracias a la información que han proporcionado. Se trata de que no solo se comparta la información sino también los beneficios”, explica Adrián Alonso, responsable de incidencia de Salud por Derecho, que valora el resultado como una “buenísima noticia”. “Es un salto hacia adelante pero al final, como pasa con otros temas, va a depender de lo que los países desarrollen”, agrega a renglón seguido.
Otra de las cuestiones que deben desarrollarse en el anexo mandata a los desarrolladores de vacunas a poner a disposición de la OMS entre un 10 y un 20% de la producción de sueros y terapias en caso de una emergencia. “No es un compromiso 100% vinculante pero es un paso adelante”, enmarca Alonso.
La ministra de Sanidad española, presente de la Asamblea, se ha felicitado por un “paso decisivo hacia un marco global común que refuerce la capacidad para prevenir, prepararnos y responder a futuras emergencias sanitarias, protegiendo a las personas en situaciones más vulnerables y promoviendo la equidad”. “Esto supone poner todo el conocimiento mundial al servicio de la salud, da igual donde vivas o los recursos que tengas como país o como ciudadano”, aseguró Mónica García en su discurso este lunes, en el que destacó el contexto “de auge de discursos negacionistas y aislacionistas que socavan la confianza en la ciencia”.
Las abstenciones
Países gobernados por opciones populistas o de extrema derecha, como Italia o Eslovaquia, se han abstenido del acuerdo bajo un discurso que ha tomado fuerza en algunos sectores en los últimos meses: que los estados verían alterada su soberanía nacional por el acuerdo.
Algo que la propia OMS ha desmentido y, de hecho, queda salvaguardado en el tratado: “Nada de lo dispuesto en el Acuerdo de la OMS sobre Pandemias se interpretará en el sentido de que confiere a la Secretaría de la Organización Mundial de la Salud, incluido el director general de la Organización Mundial de la Salud, autoridad alguna para dirigir, ordenar, alterar o prescribir de otro modo la legislación nacional y/o interna, según proceda, o las políticas de cualquiera de las Partes, o para ordenar o imponer de otro modo cualquier requisito de que las Partes adopten medidas específicas, como prohibir o aceptar viajeros, imponer mandatos de vacunación o medidas terapéuticas o diagnósticas o aplicar cierres patronales”.
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