A concurso el nuevo Museo de la EMT de Madrid: diseño “vanguardista”, experiencias multimedia y gastronomía

La Empresa Municipal de Transportes de Madrid hace oficial los planes del Gobierno de Almeida para levantar un museo al que trasladar sus decenas de autobuses históricos. La compañía municipal acaba de sacar a concurso, en colaboración con el Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM), el diseño y la redacción del proyecto para este nuevo espacio, que prevé situar el consistorio junto a Madrid Río.
Los pliegos del concurso, a los que ha tenido acceso Somos Arganzuela, indican que la EMT busca una instalación “moderna y vanguardista” que además de un museo, “sea un punto de encuentro paravactividades didácticas, culturales y lúdicas”, y que pueda acoger foros relacionado con la movilidad, ponencias o clases magistrales, ademas de contar con un espacio gastronómico con hasta un centenar de personas de aforo.
Los estudios de arquitectura que quieran presentar sus propuestas tienen tres meses para presentar sus propuestas, que incluirán un espacio expositivo principal, con capacidad para al menos unos 15 vehículos, ampliable hasta 20. Además, habrá un depósito visitable para albergar los autobuses no expuestos, con una zona de lavado, además de un “laboratorio de movilidad”. La altura mínima de paso será de cinco metros, para dar cabida a todos los vehículos propiedad del Ayuntamiento, alguno de ellos de dos pisos.
En cuanto a los espacios complementarios, habrá áreas educativas polivalentes, ludotecas y zonas infantiles, tienda de objetos y recuerdos, oficinas, salón de actos con capacidad de hasta 100 personas y salas polivalentes, además de la citada cafetería-restaurante.
“La narrativa del proyecto contemplará no solo la historia del transporte público urbano madrileño de superficie, sino también el impacto social, urbanístico y cultural de la movilidad urbana a lo largo del tiempo” rezan las bases del concurso, que piden una estructura con la que se puedan reorganizar los espacios expositivos a través de módulos. El nuevo museo deberá adaptarse a las actuales tendencias museográficas -dice el texto municipal- que incluyen nuevas tecnologías, experiencias audiovisuales, virtuales y de realidad aumentada.

“El concepto museográfico tendrá como objeto crear un diálogo entre el pasado y el futuro, alineando la narrativa con las demandas actuales del público”, añaden los pliegos, que piden “especial atención a la historia y evolución de EMT Madrid y del transporte público urbano madrileño”.
La instalación estará abierta diariamente a lo largo de todo el año y está planificada como “un espacio abierto a los madrileños y visitantes de la ciudad”. Por ello, “su integración en el entorno es un factor primordial en la concepción del propio edificio”, tanto “a nivel de barrio, pero también con el parque lineal Madrid Río al que se asoma”, explica el concurso. Sus espacios han de dar cabida al resto de líneas de negocio de la EMT, con referencias al teleférico, bicicleta pública, grúa y aparcamientos.
Un contrato de casi 2 millones de euros
El concurso organizado por el Ayuntamiento junto al COAM cuenta con 50.000 euros para el primer puesto, 10.000 euros para el segundo, 5.000 euros para el tercero y tres accésits con una dotación de 2.500 euros cada uno. Aunque el galardón más importante a nivel económico será el contrato de anteproyecto, proyecto básico, proyecto de ejecución y dirección facultativa de quien resulte adjudicatario del concurso, que sumarán 1,9 millones de euros.
Según los plazos que maneja el Ayuntamiento de Madrid, el museo se levantará dos años y tres meses después de la resolución del concurso, lo que podría llevar a abrir esta infraestructura a finales de 2027 ó 2028 sobre una de las parcelas del ámbito Mahou-Calderón, de 4.460 m2, enclavada entre las calles Duque de Tovar, San Epifanio y paseo de los Melancólicos.
El traslado del actual Museo de la EMT a esta parcela viene con polémica, ya que varias asociaciones y colegios de la zona reclaman que sobre esa parcela se ejecute unas instalaciones deportivas, como inicialmente preveía la memoria vinculante del proyecto.
“Miles de familias verán cómo se renuncia a mejorar la vida del barrio en aras de los intereses turísticos”, han denunciado este grupo opositor al proyecto. “El cambio castiga especialmente a la población escolar del IES Gran Capitán, que esperaba suplir su falta de instalaciones deportivas con una dotación aneja, y la del CEIP Tomás Bretón, que ve reducido su espacio de ampliación al asumir este el uso deportivo desplazado”.
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