“No vamos a gastar el 5% del PIB en defensa”. La negativa de Pedro Sánchez cuenta ya con el aval de la OTAN. Y en una comparecencia en Moncloa tras conseguir el consenso de los otros 31 aliados a la declaración de la cumbre que no exige obligatoriamente llegar a ese umbral, el presidente del Gobierno ha establecido en el 2,1% el porcentaje de gasto para que España cumpla con los objetivos de capacidades a los que se ha comprometido con la OTAN: “Ni más, ni menos”.
“El acuerdo que hemos alcanzado hoy es bueno para España y para el conjunto de la OTAN. Demuestra que el multilateralismo funciona”, ha celebrado el presidente, que ha asegurado que la “legitimidad” del país en la alianza atlántica sigue “intacta” tras lograr un acuerdo que le da “flexibilidad” para que pueda cumplir con sus compromisos militares sin necesidad de disparar el gasto hasta el 5% al mismo tiempo que preserva la “unidad”. “Es muy positivo”, ha dicho Sánchez sobre el pacto: “Nos va a permitir cumplir con nuestros compromisos con la alianza atlántica sin tener que elevar nuestro gasto en defensa hasta el 5% del PIB”.
El presidente del Gobierno considera que ese porcentaje “sería desproporcionado e innecesario”. Lo que sostiene es que los técnicos del ejército calculan que para cumplir con los requisitos que le exige la OTAN se necesita entre el 2% y el 2,1% del PIB. Para el Gobierno, no tenía sentido establecer un umbral común, como se hizo en la cumbre de Gales en 2014 con el 2%, dado que “existen diferencias económicas” entre los aliados para cumplir con su parte “proporcional” respecto a la seguridad y la defensa. Así, Sánchez ha puesto como ejemplo el sueldo de los soldados, que en algunos aliados es “tres veces menor” que en otros o las adquisiciones de material, que cuesta más en unos países que en otros. “El método de trabajo de la OTAN siempre se ha centrado en la aportacon de las capacidades y no en el porcentaje del PIB”, ha recordado.
“Respetando la soberanía que cada uno de los aliados tiene para destinar el gasto que consideren a defensa, para el Gobierno de España no tiene sentido comprometerse a gastar el 5% del Producto Interior Bruto en defensa. Porque hacerlo nos obligaría a incumplir nuestra palabra, a despilfarrar también miles de millones de euros. O, paradójicamente, tampoco nos haría estar más seguros, ni ser mejores aliados”, ha agregado.
Otro de los argumentos que ha esgrimido Sánchez es la necesidad de preservar el estado de bienestar, que se pone en riesgo, a su juicio, con la intención inicial de varios líderes, especialmente Donald Trump -a quien no ha citado-, de disparar el gasto en defensa hasta el 5%. “Afortunadamente, el buen desempeño de nuestra economía y la gestión prudente de los últimos años nos permite invertir un 0,6% de nuestro PIB más en seguridad y en defensa, y hacerlo, además, sin subir impuestos ni recortar un céntimo de euro de los servicios públicos, las prestaciones sociales o algo tan importante como es la lucha contra la emergencia climática”, ha afirmado el presidente, que ha asegurado que el incremento de tres puntos del gasto militar “obligaría a cruzar todas esas líneas rojas”: “Nos obligaría a tener que, o bien subir drásticamente los impuestos a la clase media trabajadora, o recortar severamente nuestro estado del bienestar”.
Y ha tirado de ejemplos de lo que supondría pasar del incremento del gasto militar del 2% al 5% en la próxima década (350.000 millones de euros): una subida de impuestos a los trabajdores de 3.000 euros al año,; la eliminación de las prestaciones por desempleo, enfermedad y maternidad; reducir en un 40% todas las pensiones, o recortar a la mitad la inversión estatal en educación. “Cada miembro de la OTAN, como países soberanos que somos, tenemos el derecho y la obligación de elegir si se quiere o no asumir esos sacrificios. Y nosotros, como país soberano, elegimos no hacerlo”, ha rematado el presidente, que ha fiado a la agenda internacional la superación de la crisis que ha dejado el escándalo de corrupción del exsecretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán.
Sánchez también ha asegurado que que comprometerse al 5% no va a hacer que los aliados estén “más seguros”, especialmente en el caso de Europa. “España necesita avanzar en su autonomía estratégica. La clave no es gastar más sino mejor y juntos”, ha explicado antes de mencionar cuestiones como la mejora de la interoperabilidad de los ejércitos europeos, el impulso a los mecanismos de compras conjuntas o la creación de un ejército común europeo.
“Precipitarnos, por tanto, de forma, yo diría que artificial, a un 5% no nos ayudaría a alcanzar ninguno de esos objetivos. Al contrario, por un lado nos haría enviar cada vez más dinero a la industria de otros países y hacer cada vez más dependientes de ellas y, por otro, dañaría nuestro crecimiento económico en el medio y en el largo plazo al provocar presiones inflacionistas y, por tanto, alzas de precios en determinadas materias primas, aumento excesivo de la deuda pública y del déficit público y falta de inversión en sectores que son claves para nuestro futuro”, ha declarado.
Sánchez ha anticipado que “los heraldos del desastre y la mentira dirán que esta decisión, que este acuerdo rompe la unidad de la OTAN y deja a España fuera de su paraguas protector”, pero ha asegurado que el acuerdo permite mantener el consenso y ha garantizado el apoyo de España a la seguridad común: “Nuestro país, evidentemente, aportará sus tropas, sus vehículos, sus equipamientos, sus infraestructuras acordadas en los objetivos de capacidad, y seguirá protegiendo la frontera oeste y también la del sur de Europa”.
El presidente del Gobierno ha reivindicado la diplomacia para lograr ese acuerdo que parecía imposible y ha aprovechado para pedir “contención” en plena guerra en Oriente Medio tras el ataque de Israel a Irán, la respuesta de la República Islámica y la entrada de EEUU en el conflicto con el bombardeo a tres instalaciones nucleares. No obstante, ha evitado señalar a Trump.
“El mundo empieza a asomarse a un abismo oscuro. Estamos normalizando que ciertas potencias se bombardeen entre sí, que sus líderes intercambien amenazas nucleares y que la población civil sea la que sufra todas estas consecuencias. Nuestro país, España, no puede darle la espalda a esta realidad, pero tampoco debe darla por buena. Tenemos que protegernos ante esas nuevas amenazas, eso es evidente, pero también tenemos que exigir contención a unos y a otros, y recordar al mundo -y recordarnos a nosotros, y ahí está la historia- que las guerras no tienen ganadores”. “La mejor forma para evitar guerras es prosperidad”, ha culminado Sánchez al final de su comparecencia.
Tras ello, se han sucedido las primeras reacciones políticas al anuncio del presidente del Gobierno. Su vicepresidenta segunda y líder del segundo grupo parlamentario en la coalición de Gobierno, Yolanda Díaz, ha publicado un mensaje en la red social BlueSky en el que señala que “ni los recortes ni el rearme eran el camino” y que desde Sumar dijeron que “la legislatura necesitaba un giro de 180 grados”. “La negativa a cumplir con el aumento de gasto exigido por la OTAN apunta en la dirección correcta”, concede Díaz, que avanza que su formación seguirá “empujando para desplegar la agenda social que este país necesita”.
En otra línea, la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, ha declarado que comprometerse con los objetivos de la OTAN “implica enormes aumentos del gasto militar y participar de las guerras ilegales de Donald Trump, como los ataques a Irán”. Belarra exige en nombre de la formación morada al presidente que “no firme” el acuerdo porque, en su opinión, pone a la población española “en serio riesgo”.