Las instituciones dejan en 77.000 euros las obras urgentes de la iglesia del 3 de marzo de Vitoria, el futuro memorial

El patronato de la fundación que gestiona el futuro memorial dedicado a los sucesos del 3 de marzo de 1976 en Vitoria ha acordado este lunes acometer unas obras urgentes presupuestadas inicialmente en 76.968 euros más IVA en la iglesia del barrio de Zaramaga donde se celebraba la asamblea obrera asaltada a tiros por la Policía Armada franquista -hacía solamente cuatro meses de la muerte del dictador- y que se saldó con cinco fallecidos y decenas de heridos. Los planes institucionales pasan por abrir ese espacio con motivo del quincuagésimo aniversario de un hito que marcó la transición en Vitoria y en España, quedan solamente nueve meses para ello y el templo de San Francisco de Asís sigue presentando problemas estructurales.
El patronato de este memorial, que sienta al Instituto de la Memoria del Gobierno vasco (Gogora), al Ayuntamiento de Vitoria, a la Diputación de Álava, a los representantes locales de la Iglesia católica y a las asociaciones de víctimas Memoria Gara y Martxoak 3, ha celebrado este lunes en la sede del Gobierno vasco, en Lakua, su primera reunión ejecutiva. En ella, Gogora ha presentado un informe elaborado por la consultora especializada Xortu en mayo. En él se plantea una inversión menos elevada que las anteriores cifras que se manejaban ante el deterioro del edificio, que lleva ya años cerrado al culto.

En concreto, se alude a 29.000 euros para una “reparación puntual” de la cubierta de tejas de pizarra, 22.000 euros para “vaciado y limpieza” del templo y a otros gastos menores para control de calidad, seguros, honorarios o licencias. El total no llega a 80.000 euros. En 2024, este periódico publicó otra estimación de 900.000 euros en reparaciones necesarias. El propio documento de Xortu matiza que esto son “medidas de reparación realizables a corto plazo con una inversión controlada” pero que “no se pueden considerar reparaciones definitivas” y “no aportará para la consolidación del edificio”. “Sin embargo, detienen la degradación del edificio mientras se tramitan las siguientes actuaciones”, sostiene el dictamen.
Las obras podrían ser rápidas. De hecho, se propone no realizar concurso público y acudir a contratos menores, más ágiles desde el punto de vista burocrático pero también menos competitivos. Xortu plantea invitar a las constructoras Sarkis Lagunketa, Amilcarcyp y Horbisa para la reparación de la cubierta, a Grupo Sifu, Gureak Araba y Aero Ferr para el vaciado y limpieza y a Matxalen Acasuso, Xabier Sánchez y Makla Arquitectura para la dirección técnica. Makla fue el estudio que elaboró el informe de 2024. Como la fundación no tiene estructura propia, se ha acordado que sea Gogora quien gestione la parte administrativa de los contratos y servicios.
Fuentes de la reunión recalcan que ha habido consenso en la necesidad de hacer las obras. Las asociaciones de víctimas se han llevado el compromiso de que los trabajos preservarán cualquier resto de los hechos que pueda aparecer. El obispado, de su lado, ha accedido ya a ceder totalmente el uso del templo católico para este fin pero reclama una solución para una colección de belenes “de gran valor artístico” que hasta ahora se exponían allí y que no tienen aún un destino alternativo, según fuentes de esta institución. Se trata de 22 escenas y del “mayor belén de Euskadi”, compuesto a su vez por otro medio centenar de piezas. La diócesis acordó con los belenistas en 2020 una exposición permanente de esa colección durante diez años y no ha estado abierta al público en ningún momento en el último lustro. Demandan a las instituciones que correspondan a la cesión del templo con un local ajustado a las necesidades de la muestra de pesebres.

El 3 de marzo de 1976 llegó tras una sucesión de huelgas en decenas de fábricas de Vitoria, que creció durante la segunda mitad de la dictadura con inmigrantes llegados de varias zonas de España al calor de la industrialización. La Iglesia cedió el uso de San Francisco de Asís para una asamblea que fue disuelta a la fuerza con fuego real. Las grabaciones de la emisora de los 'grises' probaron que las fuerzas de seguridad eran perfectamente conscientes de las consecuencias de su intervención. Las víctimas fueron Pedro María Martínez Ocio (de Forjas Alavesas, 27 años), Francisco Aznar Clemente (panadero y estudiante, 17 años), Romualdo Barroso Chaparro (de Agrator, 19 años), José Castillo García (de Basa, grupo Arregui, 32 años) y Bienvenido Pereda Moral (de Grupos diferenciales, 30 años). Como mínimo, se alude a 42 heridos. También murieron tres personas más en Basauri, Tarragona y Roma como consecuencia de cargas policiales sobre protestas en solidaridad con lo ocurrido en Vitoria. Este mismo año, el Estado ha declarado lugar de memoria ese mismo templo y ha comprometido la “difusión internacional” del contexto de aquellos sucesos.
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