Estudiantes afectados por la DANA, ante la PAU: “Podían habernos reducido contenidos, estuvimos meses sin clase”

“En mi caso he optado por hacer en esta convocatoria la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) porque por suerte me ha dado tiempo a prepararme, pero podían habernos reducido un poco los contenidos. Yo perdí una semana de clase y luego tuvimos un mes de clases virtuales, por videoconferencia, que no cunden igual”. Ferran C. tiene 18 años y es vecino de Paiporta, afectado por la trágica DANA que inundó toda su localidad y las de su entorno el pasado 29 de octubre.
Futuro estudiante de periodismo, se mostró satisfecho tras la primera jornada de este martes: “El primer examen sí que ha sido un poco complicado, el resto ya más asequibles, el de filosofía, por ejemplo, tenía partes optativas y me he podido evitar el temario de la época de la DANA que lo llevaba peor”.
Sobre la afección de la catástrofe en su preparación, por suerte ha sido mínima, lo que ha hecho que renunciara a la opción de presentarse en la convocatoria extraordinaria de los días 1, 2 y 3 de julio, una opción habilitada por la Conselleria de Educación para los estudiantes afectados por la DANA con el objetivo de compensar el tiempo que hubieran perdido para prepararse con motivo de la riada. Una opción a la que se acogerán unos 500 alumnos y alumnas, según estimaciones de Educación.
“Yo viví la riada estando en casa, por suerte dentro del impacto no fue una situación excesivamente traumática, por lo que a nivel psicológico no he tenido secuelas. Además por suerte la biblioteca de Florida Universitaria, al estar en altura, no se vio muy afectada y el recinto se limpió bastante rápido, por lo que he podido ir a estudiar sin excesivos problemas”, comenta Ferran.
Roberto es estudiante del IES María Carbonell de Benetússer, otra de las localidades ubicada en la zona cero de la barrancada. Según señala, para ellos “el curso empezó en febrero” y añade: “Estuvimos sin ir a clase casi dos meses y, cuando volvimos, tampoco tuvimos clases presenciales, sino un mes online. Después volvimos con clases de diez de la mañana a seis de la tarde, porque el pasillo de abajo (del instituto) estaba todo destrozado y lo estaban arreglando”, rememora. Además, muchos damnificados ni siquiera podían estar en sus casas y, “quieras o no, comparado con otros, pues no estudias igual que en tu casa”.
Yacin, que también ha sufrido la DANA en Benetússer, cree que hay diferencias entre el alumnado perjudicado por la tragedia y el resto: “Al final, el tiempo que se perdió en la riada lo tienes que compensar en las últimas semanas antes de la Evaluación de Bachillerato para el Acceso a la Universidad (Ebau), y, en lugar de repasar el temario anterior, tienes que aprender temario nuevo, y no te da tiempo a repasar todo lo que has hecho a lo largo del curso”. Aun así, se muestra confiado en lograr su objetivo y entrar en Ingeniería en Gestión Empresarial.
Alumnado que “lo ha perdido todo”
Eva Belmonte es tutora de 2º de Bachillerato, profesora de Inglés y coordinadora del IES María Carbonell i Sánchez de Benetússer. Ella también declara que “ha sido un curso más duro de lo habitual al tener que hacer frente a cuantiosas pérdidas materiales y, en algún que otro caso, también personales”.
La docente explica que “la sensación de ir contrarreloj ha sido constante desde entonces: en noviembre no fue posible dar clase, en diciembre clases online para 2º Bachillerato y docencia telemática para el resto de niveles. En enero volvimos a las aulas de manera progresiva. Durante las clases online había problemas de conexión, ya que internet funcionaba de manera intermitente y, además, no todos los alumnos disponían de algún dispositivo para poder conectarse y seguir las clases. Algunos se iban a casa de algún amigo o compañero que sí tenía esa posibilidad. La primera evaluación fue anómala ya que casi no habíamos tenido tiempo de hacer exámenes, pruebas, trabajos, etc., así que consideramos que no debía tener apenas peso en el curso académico”.
La profesora alude al estado de ánimo del alumnado y expone que “ha habido un poco de todo”. Según explica, “es evidente que los alumnos que perdieron todo, y todo es todo, lo han tenido mucho más complicado que los demás, pero han sabido superar o adaptarse a esa situación nada fácil y merecen un reconocimiento especial”. Las chicas han mostrado “un poco más sus emociones y han contado inquietudes, preocupaciones, problemas, etc”. En cambio los chicos han intentado “mantener la compostura en todo momento y les ha costado mucho más abrirse y exteriorizar sus sentimientos; en cualquier caso, son geniales”, exclama.
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