El estudio geotécnico en el colegio Menéndez Pelayo de Santander aconseja la inyección de hormigón para dar más consistencia al terreno

La inyección de hormigón para densificar el suelo sobre el que se asienta el colegio Menéndez Pelayo de Santander es la solución ofrecida por los técnicos que han realizado un estudio geotécnico del lugar. Las “inyecciones armadas” deberán alcanzar hasta los 10 metros de profundidad, ya que el colegio se asienta sobre rellenos y suelo arenoso y de limos.
La comunidad educativa del Centro de Educación Infantil y Primaria (CEIP) Menéndez Pelayo de Santander se ha concentrado y ha realizado varias protestas para reclamar “un colegio en buenas condiciones” y “que lo arreglen cuanto antes”, dado el mal estado en que se encuentra el pavimento y la aparición de grietas.
“En la zona objeto de estudio se han producido hundimientos en la superficie del pavimento del patio, a la altura de la esquina central de la nave cubierta adyacente. Se observa apertura de algunas juntas de dilatación del pavimento y afectación a la nave colindante, que presenta grietas de varios centímetros en los paramentos verticales de la esquina central”, es el diagnóstico que se ha obtenido sobre la situación actual.
La Consejería de Educación encargó nuevos estudios para definir la intervención a ejecutar en el CEIP tras detectar los problemas. El informe de la inspección de georradar encargado reveló la existencia de una escorrentía de agua en las inmediaciones de uno de los pilares afectados, lo que hizo necesario un sondeo geotécnico, con el objetivo de definir así una correcta intervención en la zona afectada.
Ahora acaban de hacerse públicos los resultados del estudio geotécnico realizado, el cual recomienda la inyección de hormigón para dar más consistencia al terreno en el que se asienta el centro.
Informe
El colegio se asienta sobre “una capa superficial de rellenos de deficientes propiedades mecánicas hasta 4,80 metros de profundidad. Los rellenos están constituidos mayoritariamente por limos arenosos pardos de compacidad floja, con trozos de ladrillos y gravas de roca flotantes. Por debajo de los rellenos se detectan suelos de alteración: capas alternantes de arenas limosas de compacidad variable: floja hasta 10 metros de profundidad, y media-densa a partir de esta cota”, se indica en el informe geotécnico.
Los técnicos concluyen que la mejor intervención para mejorar el terreno consiste en “inyecciones armadas”. “Se recomienda aplicar este tratamiento a la capa superior de rellenos y a la parte superior de los suelos de alteración para crear volúmenes definidos y controlados de terreno tratado, produciendo la densificación y rigidización del mismo hasta llegar a unas características mecánico-resistentes finales prefijadas, con práctica independencia de la constitución litológica original del terreno”, se indica textualmente.
Los técnicos recomiendan la contratación de una empresa especializada y consideran que la cantidad de hormigón a inyectar depende de lo que el terreno reclame para su total densificación. “La intensidad del tratamiento estará en función de las solicitaciones, de las dimensiones de la cimentación, de las propiedades mecánicas del subsuelo y de la respuesta a las primeras fases del tratamiento”, concluye.
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