Los hongos recolectados en una expedición al Everest o por Charles Darwin que se han digitalizado para no perder detalle

Hongos recolectados durante expediciones al Everest, tarántulas parasitadas por hongos o especímenes fascinantes encontrados por personalidades como Charles Darwin. Todo eso y mucho más es lo que se guarda en el Fungarium de Kew, un rincón de los Jardines de Kew (Londres) que alberga una de las colecciones de diversidad fúngica más grandes e importantes del mundo con unos 1,1 millones de especímenes recolectados durante los últimos 175 años.
Y muchos de esos hongos por fin dejan de estar bajo tierra gracias al proyecto de digitalización que se está llevando a cabo, una iniciativa que busca acercar estos especímenes a todos los rincones del planeta, según ha informado el jardín botánico en un comunicado.
“Ver nuestra enorme colección Fungarium disponible en línea es realmente emocionante. Significa que estos especímenes, algunos con siglos de antigüedad, de todo el mundo, ahora son accesibles para investigadores de todo el mundo con solo un clic”, explica el gerente de Colección de Fungarium, Lee Davies.
Se trata de un proceso lento y costoso, que va más allá de una simple fotografía, sostienen los impulsores de la digitalización. Además de las imágenes, se están recopilando numerosas notas, muchas de ellas escritas a mano, en las que apuntan datos históricos.
En paralelo, los científicos de Kew también han estado explorando la información genética almacenada en los 45.000 especímenes tipo u holotipos del Fungarium, que son los especímenes de referencia definitivos asociados a los nombres científicos.
Así, han impulsado el Proyecto de Secuenciación del Fungarium, que busca secuenciar más de diez mil de estos hongos, haciendo que los datos sean de código abierto y estén también disponibles en internet durante los próximos años, desvelando en el proceso nuevos compuestos y secretos genéticos que “podrían acelerar el descubrimiento de nuevas sustancias químicas y medicamentos útiles”.
Hongos en el Everest o descritos por Darwin
Los especialistas han podido reunir especímenes fascinantes en sus 175 años de trabajo. En su extensa colección destacan algunos por quiénes los encontraron, los sitios donde se hallaron o la rareza de los mismos. Por ejemplo, el hongo zombi de David Attenborough (Gibellula attenboroughii), perteneciente al grupo de los llamados hongos zombis, que secuestran el comportamiento de su huésped antes de matarlo. En su caso, provoca que la araña infectada se mueva a una posición más expuesta para esparcir mejor las esporas.
También encontramos un hongo recolectado y descrito por el propio Charles Darwin, que lo definió con un tamaño que varía “desde una bala hasta una manzana pequeña” y con el “color de la yema de un huevo”. Mención especial merece el conocido como hongo del Everest, localizado en 1953 tras una expedición exitosa al pico más alto del mundo, una ubicación poco frecuente y excepcional para la vida fúngica.
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