Mónaco, sinónimo de glamour y escenario del inicio de la guerra entre Alonso y Hamilton

El piloto español Fernando Alonso (dcha.), de la escudería McLaren Mercedes, y el británico de su mismo equipo Lewis Hamilton (izq.) charlan durante una rueda de prensa, tras la sesión de clasificación del GP de Mónaco, el sábado 26 de mayo de 2007.

Ada Sanuy

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Montecarlo es historia viva de la Fórmula 1. Sus calles angostas y su atmósfera de lujo lo convierten en mucho más que un circuito urbano: es el lugar donde la habilidad de los pilotos se mide al milímetro y donde los errores no se perdonan. Pero también es donde, en 2007, se fracturó una relación que marcó una época: la de Fernando Alonso y Lewis Hamilton como compañeros en McLaren. Lo que comenzó como una asociación poderosa se transformó, en aquella carrera, en una rivalidad que aún resuena en el paddock.

Fernando Alonso llegaba a McLaren como vigente bicampeón del mundo, dispuesto a liderar un proyecto ganador. A su lado, un joven británico de 22 años, debutante pero arropado por todo el entorno de la escudería, especialmente por Ron Dennis y Mercedes. Desde la primera carrera del año en Australia, Alonso empezó a notar gestos que indicaban un favoritismo hacia Hamilton. En el box, se celebró abiertamente el adelantamiento del británico al asturiano en la salida. La tensión ya estaba servida.

En Móncaco todo cambió

En el GP de Mónaco, el asturiano firmó una victoria impecable. Pero las 20 últimas vueltas cambiaron el curso de la temporada. Pedro Martínez de la Rosa, entonces piloto probador de McLaren, lo explicó años después en el podcast oficial F1: Beyond The Grid (2020): “Fernando ganó en Mónaco de manera justa. Y en las últimas 20 vueltas de la carrera tuvo que gestionar las temperaturas de las pinzas de freno porque tenía un problema. Iba liderando, gestionando la situación, a velocidad de crucero. Lewis empezó a recortarle de manera salvaje. Y creo que el equipo nunca le dijo a Lewis que así era como iban a acabar la carrera”.

De la Rosa recordó cómo el ambiente en el equipo se enrareció inmediatamente después: “Cuando terminó, todo fue mal, porque a Fernando le dijeron que la carrera la debía haber ganado Lewis. Alguien del equipo. No se lo dijeron así, pero se lo dejaron caer: el chico era más rápido que tú, básicamente. Y eso cabreó enormemente a Fernando, porque si ves los datos, sabes que podía haber ido dos segundos por vuelta más rápido”.

Hamilton, por su parte, no ocultó su frustración. “Tengo que vivir con ello. Tengo el número dos en mi coche y soy el piloto número dos”, dijo tras la carrera. Según él, la estrategia del equipo lo había perjudicado al obligarle a cargar más combustible para su primer stint, lo que debería haberle permitido parar más tarde que Alonso. No fue así. Desde el muro, McLaren ordenó a ambos pilotos bajar el régimen del motor para cuidar la fiabilidad. Alonso lo respetó. Hamilton intentó atacar igualmente.

La prensa británica recogió el enfado del novato e impulsó un relato que derivó incluso en una investigación de la FIA por posibles órdenes de equipo. Ron Dennis lo negó, asegurando que simplemente adelantaron la parada de Hamilton para proteger el doblete si salía un coche de seguridad. “Habrá sitios donde puedan correr libremente, pero éste no era uno de esos”, justificó el jefe de McLaren.

Fue el principio del fin

De la Rosa fue claro al valorar el impacto de esa carrera: “Fue el principio del fin, desgraciadamente, porque Fernando se dio cuenta de que no entendían lo inteligentemente que estaba pilotando”. Pese a la creciente tensión, el respeto entre ambos en pista fue total: “Fue una dura batalla, pero justa, no hubo roces ni roturas... Solo eran dos gladiadores luchando fieramente en el circuito”.

Los datos que hay que saber

El GP de Mónaco esconde múltiples datos técnicos que lo convierten en una carrera única en el calendario de la Fórmula 1. Con solo 3,337 kilómetros de longitud, es el trazado más corto del Mundial, pero también uno de los más exigentes a nivel técnico y mental. Su diseño estrecho, sinuoso y plagado de curvas ciegas, unido a la proximidad de los muros, hace que los errores se paguen al instante. El piloto que más veces ha dominado este escenario fue Ayrton Senna, con seis victorias y cinco poles, un récord aún vigente. No es casualidad que su figura siga estrechamente vinculada a Montecarlo. Le siguen Graham Hill y Michael Schumacher con cinco triunfos y Alain Prost con cuatro. Max Verstappen solo acumula dos victorias y el monegasco Charles Leclerc subió al escalón más alto (en Mónaco no hay podio sino escaleras) por primera vez la pasada temporada.

Novedad destacada de este año: ¿por qué los pilotos deben de hacer dos paradas?

La gran novedad del Gran Premio de Mónaco 2025 será la introducción obligatoria de dos paradas en boxes durante la carrera, una medida inédita en este trazado que busca agitar una prueba tradicionalmente lineal. Y es que la media de adelantamientos completados en Mónaco 2024 fue de apenas 17, lo que da cuenta de lo difícil que es ganar posiciones en pista. Además, la probabilidad histórica de coche de seguridad en el Principado es del 43%, un factor que puede cambiar por completo el devenir de la prueba, especialmente con estrategias más abiertas como las previstas para este año.

La decisión ha generado reacciones encontradas entre los pilotos. Max Verstappen, actual campeón del mundo, valoró que el cambio “le dará vida a las cosas”, abriendo la puerta a carreras más impredecibles por el juego estratégico con los neumáticos y la gestión del coche de seguridad. Fernando Alonso también se mostró optimista: “En cierto modo creo que es bueno, porque dará algo de esperanza el sábado por la noche”, señaló, subrayando que normalmente las posiciones en Mónaco quedan bloqueadas tras la clasificación, pero ahora podría haber “más posibilidades para el domingo”.

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