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De La Boca al Pilar: el ‘flow’ de Trueno impacta en Zaragoza

De La Boca al Pilar: el ‘flow’ de Trueno impacta en Zaragoza

Eduardo Ramírez Carazo (EFE)

Zaragoza —
4 de julio de 2025 02:04 h

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Pocas ciudades respiran el aroma a rap que destila Zaragoza. Natural o ajeno, la ciudad del Ebro ha sido cuna y lugar de acogida de grandes artistas del género urbano, desde Violadores del Verso (ahora por separado) hasta Sharif. Fuera de las fronteras mañas, ya hace años que se ha venido forjando una tormenta en Argentina, que ha arrojado un nuevo chaparrón de talento como lo hiciera la capital aragonesa en el pasado, de la mano de Trueno.

El barrio de La Boca, lleno de sus casas de azul y oro, está latiendo fuerte con las bases y las letras de esta generación. Entre las nubes, un nombre sobresale indudablemente ligado a la historia de esta barriada: el de Mateo Palacios. El joven ‘wacho’, como acostumbra a llamarse, comenzó a asombrar a Hispanoamérica con su talento en la Freestyle Master Series (FMS) de Argentina en 2019.Años después, su noviazgo con la rosarina Nicki Nicole los elevó como pareja de éxito del hip hop sudamericano. Ahora, en solitario, continúa cosechando las inspiraciones y tempestades que sembró en el pasado, materializadas en ‘El Último Baile’, su más reciente álbum que da nombre a la gira que ha pasado este jueves por Zaragoza.

Unas 3.500 personas han vibrado, cantado y alentado al artista en la Sala Multiusos de la capital aragonesa, en un ‘show’ que comenzó muy temprano para un grupo de seguidores que acamparon hasta que abrieron las puertas del recinto. Dentro, fueron agolpándose los ‘fans’: muchos, con la equipación del club de fútbol Boca Juniors, otros, con el rostro del cantante en la camiseta.Los más tempraneros recibieron la sorpresa de KMI420, un talento emergente del mismo barrio, que puso ya los primeros versos del concierto acompañado del padre de Mateo, Pedro Peligro. Casi una hora después, y tras algún signo de impaciencia, las luces se volvían a apagar, un video en blanco y negro y se escuchaban tonadas de ‘Grandmaster’. La tormenta había llegado.Había entrado por todo lo alto: con un chándal azul nubarrón, capucha y una actitud de protesta. Todo el Auditorio de Zaragoza ya prendía el espectáculo con su sesión de freeestyle con Bizarrap y se mantuvo con ‘Fuck El Police’ (el tema más político de la noche, al que se sumó también el público) y ‘Rain III’, donde el rapero hizo uso de las luces y plataformas del escenario, que simulaban la lluvia bajo la Luna.‘Feel Me??’ prosiguió con la misma tónica, aunque con una mayor presencia de los músicos. Tras ella, Trueno levantó al público con un ritmo más afilado. Pero cuando más tembló el suelo fue con ‘Real Gangsta Love’.

Un fondo rojo neón contrastaba con el brillo de los celulares que no querían perderse la canción más viral del artista, fruto de un sinnúmero de videos en la red social ‘TikTok’, y que fue seguida por su colaboración con el colombiano Feid, ‘Cruz’.La ola de calor que se sentía más dentro que fuera del edifico no disminuyó cuando Trueno pidió “un poco más de rap”. ‘Bien o Mal’ fue el tema elegido para seguir con la parte más argentina del ‘show’. Mateo reivindicó sus raíces y la importancia de la cultura hispanoamericana como nexo de unión entre países hermanos.“Bajo un mismo techo y una fiesta de hip hop no importa el continente ni el color de piel”, reivindicaba el artista antes de cantar ‘Tierra Zanta’, tema dedicado a su país con gran componente tribal. El público armaba “quilombo”, así lo pedía Trueno, y más lo hizo con ‘Panama’, su colaboración con el también argentino Duki, aunque fuera únicamente a una mano.El ‘setlist’ continuó con otros temas emblemáticos de ‘El Último Baile’, como ‘Night’, ‘344’ o ‘Lauryn’, más calmados, que daban un aderezo melódico a esta mezcla de géneros con esencia de rap clásico que tanto ha encumbrado al joven de La Boca. Al fondo, las banderas de Argentina, Aragón y Colombia ondeaban entre los deslumbrantes focos.“Una ciudad bien rapera” es lo que vaticinaba Peligro, y eso es lo que recibieron hacia el último tercio del espectáculo, especialmente durante ‘Tranky Funky’ y ‘The Roof is on Fire’, cuando el escenario comenzó a arder literal y metafóricamente.

Aunque quizá lo que más desconcertó fue cuando decidió usar ‘Volando Voy’, la clásica canción de Camarón, como base de su freestyle, que entona en cada concierto y que adapta al público y la ciudad en la que aterriza.Trueno referenció a la cultura, el deporte y las expresiones de la capital aragonesa ante un público entregado. “Me hice leyenda en Zaragoza, me siento Pablito Aimar”, rapeaba el argentino, apelando a su compatriota y exjugador del Real Zaragoza.

Tampoco se olvidó del conjunto de rap más conocido de la ciudad, a los que agradeció por aprender a “violar el verso”. Tras el freestyle, ‘No Cap’ fue otro de los temas más coreados, algo natural teniendo en cuenta la popularidad que ganó en España al servir como cabecera del popular programa ‘La Revuelta’.Ya hacia el fin del concierto, la expectación fue triple. Primero, con ‘Mamichula’, colaboración con Nicki Nicole que los fans rememoran cada vez que aparece en la ‘setlist’ de sus conciertos. Después, un gran pogo con sus seguidores más allegados donde era rodeado y manteado, aunque ya sin sudadera ni camiseta, que de poco servían con el ambiente tan caluroso que presentaba el recinto.Finalmente, cuando el pogo finalizó y las luces se apagaron, varios asistentes se disponían a abandonar la sala. Fue entonces cuando Trueno, antes de marcharse, decidió ofrecer un “último baile” de verdad, uno que sonase como ‘Dance Crip’, el tema de ‘hip hop’ más célebre del argentino.

Fue entonces cuando, agradecido y entregado a la ciudad, posó con una gran enseña del Real Zaragoza. Envuelto en la bandera del conjunto maño, mostró cómo, sea el azul con el oro o con el blanco, el rap es universal. Y, con sus propias palabras, pronunció: “gracias Zaragoza, co”.

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